Al menos 20 por ciento de la población mundial sufre algún tipo de alergia, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). Polen, ácaros del polvo, esporas de moho, caspa de animales, alimentos, picaduras de insectos y medicamentos se encuentran entre los principales detonantes de un mal que no es curable, pero sí controlable.
Datos oficiales estiman que 40 por ciento de mexicanos padecen alguna clase de alergia. A escala mundial, el asma y la rinitis alérgica son las reacciones más frecuentes. La cifra de asmáticos en todo el mundo supera 300 millones de personas, de las cuales 80 por ciento también presentan síntomas de rinitis.
La Secretaría de Salud (Ssa) indica que en nuestro país los casos de alergia se presentan principalmente en niños, quienes, entre otros síntomas, sufren estornudos, escurrimiento nasal, dificultad para respirar y ronchas. En otoño e invierno, señala la dependencia, los casos de alergia, incluso en adultos, suelen elevarse hasta convertirse en una de las primeras causas de consulta médica.
Las alergias, indica, son una respuesta “anormal y exagerada de las defensas del cuerpo contra cosas que habitualmente no debieran hacer daño o causar molestias, y si bien no tienen un patrón de herencia absoluto, hay predisposición genética denominada atopia familiar”.
El Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) explica que cuando el sistema inmune detecta estas sustancias extrañas, intenta neutralizarlas con una serie de reacciones físicas que secretan químicos, como las histaminas, lo que provoca los síntomas de las alergias: picor, estornudos, mucosidad o congestión nasal.
“Los ojos rojos con picor y lagrimeo pueden ser indicio de conjuntivitis y la dermatitis atópica se manifiesta por la piel seca con mucho picor. Las formas más severas de alergia se caracterizan por inflamación de los labios con dificultad respiratoria, que en los casos más graves puede llegar a comprometer la vía aérea y tener que manejarse en unidades de cuidado intensivo”, alerta.
Ante manifestaciones de este padecimiento, advierte el Insabi, se debe acudir a un alergólogo para que, mediante una serie de pruebas cutáneas o análisis de sangre, determine las causas de los malestares y diagnostique el tipo de alergia que se padece.