La presentación del libro Echeverría visto a través de su tiempo se convirtió ayer en un largo homenaje póstumo de colaboradores cercanos, amigos y funcionarios del gobierno que encabezó el controvertido ex presidente de la República, hace más de 50 años.
Las épocas pasadas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) se hicieron presentes en esta convocatoria, en la que octogenarios y nonagenarios, como Augusto Gómez Villanueva, Sergio García Ramírez, Alfredo Ríos Camarena, Julio Faesler, Mauro Jiménez Lazcano, e incluso centenarios como Héctor Mayagoitia, expresaron su lealtad y reconocimiento a Luis Echeverría Álvarez, y a lo que consideraron el legado de su sexenio en materia de desarrollo nacional y política exterior.
Participaron también los ex priístas Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez (senadora de Morena), así como integrantes de otras generaciones, que siendo muy jóvenes se formaron en el gobierno echeverrista, como Pedro Joaquín Coldwell, Francisco Javier Alejo y Silvia Hernández.
La presentación del libro, en la casona de San Jerónimo que alberga a Itaca, Escuela de Negocios, fue precedida por la entonación del Himno Nacional, a cargo de una banda militar, y en el presidium estuvo el general José Ángel García Elizalde, representante del secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval.
Así lo presentó el coronel Jorge Nuño, quien acompañó a Echeverría desde 1972 y hasta su muerte, y emocionado entonó ayer el Himno Nacional. Hubo un momento de confusión, ya que el presentador oficial pidió a los asistentes no sólo estar de pie, sino colocar su mano en el corazón. Se oyeron algunas voces que decían: “Eso lo hacen los gringos, nosotros no”, pero nadie le prestó atención y la ceremonia siguió con un minuto de silencio en memoria de Echeverría, a casi un año de su fallecimiento, cuando ya sobrepasaba los 100 años de edad.
Luego se trasmitió un video con los momentos estelares de quien gobernó México entre 1970 y 1976: discursos de campaña, reuniones con campesinos, fotografías con Fidel Castro y Salvador Allende, su discurso en la UNAM, entre otros.
José Manuel Colmenares, editor del libro Echeverría visto a través de su tiempo, subrayó que la obra consta del testimonio de 35 personas que trabajaron muy cerca de él y dibujan una sociedad muy distinta a la actual, una época “que muchos no recuerdan y otros ni siquiera conocieron”.
Ante un salón al inicio repleto de políticos, así como de amigos y familiares del ex mandatario (entre ellos sus hijos María Esther y Pablo), Augusto Gómez Villanueva –secretario de la Reforma Agraria durante la mayor parte del sexenio de Echeverría y compilador del libro–, destacó que se relatan hechos reales y puntos de vista ignorados.
El libro, comentó Pedro Joaquín Coldwell, reporta “los momentos más brillantes del sexenio de Echeverría” y contribuirá, dijo, a que los analistas e investigadores del presente y el futuro emitan un juicio más informado de ese periodo.
Hablaron también Everardo Moreno Cruz, Celso Humberto Delgado, la senadora Ifigenia Martínez, el economista Francisco Javier Alejo y el cetemista y ex gobernador de Campeche, Abelardo Carrillo Zavala, quienes coincidieron en que Echeverría fue “un constructor de instituciones” que aún perduran, como el Infonavit.
La senadora del PRI Beatriz Paredes hizo notar que una aportación del ex presidente fue abrir el relevo generacional e impulsar a jóvenes en puestos políticos, en embajadas, en liderazgos estudiantiles. Algunos de esos noveles talentos están aquí, resaltó.
La arista más controversial del gobierno de Echeverría apenas se tocó. Lo hizo primero Porfirio Muñoz Ledo, quien se desempeñó como secretario de Trabajo en su sexenio, y expuso que hay hechos conocidos como la “Plaza de las Tres Culturas” y luego el abogado Juan Velázquez, quien resaltó que la Suprema Corte lo exculpó de la masacre del 2 de octubre.
La presentación del libro duró casi cuatro horas y muchos ya se habían ido y no alcanzaron a escuchar cuando Ríos Camarena, al resaltar el apoyo de Echeverría a la familia de Salvador Allende, dijo que “fue histórica su participación en Chile, cuando el presidente Pinochet (sic) fue asesinado”.