Tel Aviv., Decenas de miles de israelíes se manifestaron ayer en Tel Aviv y otras seis ciudades israelíes por sexta semana consecutiva en contra de la reforma judicial propuesta por el gobierno del primer ministro, Benjamin Netanyahu, procesado por corrupción.
“¡Democracia!”, corearon los manifestantes, muchos de ellos con banderas israelíes, palestinas o con el arcoíris de la comunidad LGTB+. “¡No abandonaremos!”, gritaban.
Las protestas de los sábados se convirtieron en una cita semanal desde que el nuevo gobierno de Netanyahu, considerado el más derechista de la historia de Israel, asumió el poder a finales de diciembre pasado. El nuevo Ejecutivo trata de aprobar la controvertida reforma judicial que busca aumentar el poder de los diputados respecto al de los magistrados. “El juicio a Netanyahu es la razón de todo. Trata de debilitar el poder judicial para eludir su juicio”, comentó Neta Keren-Tal, una empleada del sector médico.
Los manifestantes afirman que la democracia israelí se vería socavada si el gobierno logra sacar adelante los planes de coalición, como limitar la capacidad de la Corte Suprema para invalidar leyes y decisiones del gobierno, establecer una “cláusula derogatoria” que permitiría que la Knéset (Asamblea) vuelva a legislar normas invalidadas con una mayoría simple de 61 diputados o modificar el sistema de nombramiento de los jueces.
Una primera lectura de algunas disposiciones de la reforma tendrá lugar el lunes en la Knéset, por lo que se han convocado a nuevas protestas y huelgas parciales. Netanyahu dice que las protestas son de adversarios políticos inconformes.
Luto en ambos bandos
Un colono judío mató a tiros a un palestino en el norte de Cisjordania, informaron funcionarios de Salud de la localidad, mientras en otro hecho un niño israelí de ocho años murió a consecuencia de las heridas sufridas en la víspera cuando un conductor palestino en un auto atropelló a quienes aguardaban en una parada de autobús en Jerusalén, cuyo caso no se ha esclarecido.