Kahramanmaras. La ayuda internacional llegaba lentamente ayer a las zonas siniestradas de Turquía y Siria, donde los socorristas, cada vez más exhaustos, continuaron encontrando sobrevivientes que lograron resistir entre los escombros cinco días después del terremoto de 7.8, que dejó ya casi 26 mil muertos, según reportes oficiales.
El frío gélido en la zona dificulta los rescates y redobla el castigo sobre una población desesperada. Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), al menos 870 mil personas precisan urgentemente comida y, sólo en Siria, 5.3 millones de personas se quedaron sin casa.
Pero, entre la muerte y la destrucción, los rescatistas siguen encontrando supervivientes.
“¿Está el mundo ahí?”, preguntó Menekse Tabak, de 70 años, mientras era extraída de entre los escombros en la ciudad turca de Kahramanmaras –epicentro del sismo de magnitud 7.8 que sacudió la región–, según un video difundido por la cadena estatal TRT Haber.
En la provincia de Hatay, también en el sur, una niña de dos años fue encontrada viva 123 horas después del cataclismo, informó la web del diario Hurriyet, pero su familia no pudo ser hallada.
Casi 26 millones de personas se vieron afectadas por el devastador terremoto que sacudió Turquía y Siria el lunes, afirmó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, llegó este sábado a la ciudad siria de Alepo, fuertemente golpeada por el terremoto, para visitar hospitales y centros de refugio con las autoridades sirias, dijo la agencia oficial Sana.
El funcionario afirmó que viajó con cerca de 37 toneladas de suministros médicos de emergencia, y agregó que este domingo llegará otra ronda con más de 30 toneladas de ayuda.
El director de la OMS, que es médico, también advirtió de otras repercusiones graves de la tragedia.
“El suministro de agua y otros servicios se han visto afectados, la gente está expuesta a enfermedades diarreicas y otros problemas de salud, especialmente alteraciones de salud mental”, alertó.
Supervisión de la Cruz Roja
El gobierno sirio anunció que autorizará el suministro de ayuda internacional a las zonas controladas por los rebeldes en el noroeste del país, castigado por el sismo.
Damasco precisó que la distribución de ayuda tendría que ser “supervisada por el Comité Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja siria”, con el apoyo de la ONU.
Hasta ahora, prácticamente toda la ayuda suministrada a las zonas rebeldes transita lentamente desde Turquía a través del puesto fronterizo de Bab al Hawa, el único garantizado por la ONU.
Ayer se abrió, para el envío de ayuda humanitaria a Turquía, por primera vez en 35 años, un paso fronterizo con Armenia, informó la agencia oficial turca Anadolu.
Los dos países, enconados por sus diferencias en torno al genocidio armenio en 1915 y por el conflicto de Nargono Karabaj, empezaron a acercarse desde diciembre de 2021 con el nombramiento de enviados especiales para normalizar sus relaciones.
Según la agencia turca para situaciones de emergencia y desastres naturales, cerca de 32 mil personas están movilizadas en las operaciones de rescate, así como más de 8 mil rescatistas extranjeros.
Una brigada médica cubana del Contingente Henry Reeve, integrada por 32 profesionales, viajó a Turquía para prestar asistencia sanitaria.
En ese contexto, no han faltado los saqueos, por lo que las autoridades turcas detuvieron a 48 personas en ocho provincias del país por ese tipo de infracción, informó la agencia Anadolu.
Empeora la seguridad
Entre los apoyos extranjeros enviados, dos equipos de rescate de Alemania y el ejército de Austria anunciaron ayer que suspendieron las operaciones en la provincia turca de Hatay, la más afectada por los terremotos, debido al empeoramiento de la “situación de seguridad” en la zona, tras registrarse “enfrentamientos” entre diferentes facciones de grupos armados.
Horas después, dos rescatistas con perros austriacos reanudaron sus tareas, según un portavoz militar, “bajo protección del ejército turco”.
Pese a los esfuerzos de los servicios de emergencia, el balance de muertos no deja de aumentar.
Los últimos registros del sábado contabilizan 25 mil 401 muertos, 21 mil 848 en Turquía y 3 mil 553 en Siria.
Cinco días después del sismo, el más mortífero que azota la región desde 1939, la conmoción dio paso a la indignación y al enfado en Turquía por la respuesta del gobierno y la baja calidad de las construcciones.
Las autoridades cifran en 12 mil 141 los edificios destruidos o gravemente dañados.
“Los pisos se apilan unos encima de otros”, dijo el profesor de la Universidad Bogazici de Estambul, que lo atribuye a la mala calidad del hormigón y de las columnas de acero.
La policía turca detuvo el sábado a 12 personas por el derrumbe de edificios en las provincias de Gaziantep y Sanliurfa. Y se espera que se produzcan más arrestos después de que el fiscal de Diyarbakir, otra de las 10 provincias del sureste afectadas por el sismo, emitió órdenes de detención contra 29 personas.
El viernes ya fue detenido en el aeropuerto de Estambul un promotor inmobiliario que trataba de huir después del colapso de una de las residencias de lujo que construyó.
Según informó el director general del departamento de terremotos y reducción de riesgos de la Agencia de Gestión de Emergencias turca, Orhan Tatar, los terremotos del 6 de febrero en Turquía tuvieron el efecto de una explosión de 500 bombas atómicas