Managua. Un total de 222 presos políticos en Nicaragua fueron liberados y trasladados ayer a Estados Unidos, incluidos los principales críticos del presidente Daniel Ortega, en lo que Washington describió como un “paso constructivo” para abordar el fin de los abusos de derechos humanos en el país centroamericano.
Entre los desterrado figuran Cristiana Chamorro, Pedro Joaquín Chamorro, la ex comandante sandinista Dora Téllez, el ex canciller Víctor Hugo Tinoco, Félix Maradiaga, Miguel Mora, Medardo Mairena y Arturo Cruz, así como el prominente activista estudiantil Lesther Alemán, según un documento judicial. El portal El Confidencial publicó la lista de los excarcelados, que puede consultarse en https://bit.ly/3RLk3BV
Un funcionario de alto nivel del gobierno del presidente estadunidense, Joe Biden, expresó que “algunas de estas personas han pasado años en prisión, muchas de ellas por ejercer sus libertades fundamentales, en pésimas condiciones y sin acceso al debido proceso”.
Agregó que Washington facilitó el transporte de los ex presos, quienes estarán en libertad condicional por razones humanitarias por dos años.
El Departamento de Estado señaló en un comunicado que “el acontecimiento es resultado de la diplomacia estadunidense concertada, y seguiremos apoyando al pueblo de Nicaragua”.
Añadió que “al ser puestas en libertad por Nicaragua, Estados Unidos facilitó el traslado seguro de esas personas al Aeropuerto Internacional Dulles. Las personas llegaron ayer a Washington, donde recibieron atención médica y legal para facilitar su arribo”.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, declaró en un comunicado que “la liberación de estos individuos (…) marca un paso constructivo para abordar el fin de los abusos contra los derechos humanos en el país y abre la puerta a un mayor diálogo entre Estados Unidos y Nicaragua sobre temas de preocupación mutua”.
El vocero del Departamento de Estado, Ned Price, declaró después a varios periodistas en Washington que el gobierno nicaragüense identificó a 224 personas para enviarlas en el avión, pero que dos de ellas se negaron a viajar al vecino país del norte, sin mencionarlas.
Price señaló que los 222 que llegaron a Dulles fueron alojados en hoteles y otros lugares y están bajo la responsabilidad de las autoridades estadunidenses.
En tanto, el presidente Daniel Ortega primero negó que la masiva excarcelación haya sido resultado de una “negociación” con Washington, que ha impuesto sanciones a Managua por la represión luego de las protestas antigubernamentales de 2018.
“No se trataba de negociación, nada, esto debe quedar claro”, aseguró Ortega rodeado de una quincena de jefes militares, generales del ejército y altos funcionarios, entre ellos su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, a quien mencionó como la “copresidenta” de Nicaragua.
Después, Ortega narró que la liberación de los presos políticos fue idea de su esposa en acuerdo con el embajador de Estados Unidos en Nicaragua, Kevin Sullivan. “No estamos pidiendo que levanten las sanciones. No estamos pidiendo nada a cambio. Es un asunto de honor, dignidad, patriotismo. Que selleven a sus mercenarios, como sucedió después de la invasión a Cuba”. Afirmó, además, que el obispo Rolando Álvarez, detenido desde agosto por conspiración, “estaba en la fila (para abordar el avión) y empieza a decir que él no se va”, por lo que fue enviado de vuelta a la cárcel en Managua. Álvarez dirige la diócesis del departamento norteño de Matagalpa.
El juez nicaragüense Octavio Rothshuh afirmó que Managua ordenó su “deportación inmediata” después de declararlos “traidores”.
“Que se lleven a sus mercenarios’’
De acuerdo con la resolución, los excarcelados fueron “inhabilitados de forma perpetua” para ejercer cargos públicos o de elección popular. Y en una rápida acción, el Parlamento, en control del oficialismo, aprobó una reforma de ley para retirarle la nacionalidad a los excarcelados.
Más temprano, El Confidencial reportó que entre los beneficiados por la medida se encuentran reos que llevaban más de dos años en la cárcel Modelo y la prisión La Esperanza, así como otros que estaban en el penal El Chipote o bajo arresto domiciliario.
El informativo agregó que cientos de ellos fueron sacados de sus celdas la noche del miércoles para su posterior traslado, y subidos a autobuses con rumbo desconocido.
El grupo aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Dulles, cerca de la capital federal estadunidense, poco antes del mediodía, hora local, donde les esperaban más de 100 personas.
Muchos ondeaban banderas nicaragüenses y carteles con los nombres de los liberados. Algunos entonaron una querida canción nacional, Nicaragua mía, y corearon “¡Libres!”
La Alianza Universitaria Nicaragüense tuiteó: “No pudieron doblegarlos: tuvieron que desterrarlos”, en referencia a cuatro estudiantes que fueron encarcelados luego de su participación en las protestas en el país centroamericano.
Wilma Núñez, presidenta del Centro de Derechos Humanos de Nicaragua, aseveró que si bien la liberación de los presos es bienvenida, “la deportación es un término legal que se aplica a los extranjeros que delinquen en un país. Quieren llamar deportación al exilio, lo cual es absolutamente arbitrario y está prohibido por las normas internacionales de derechos humanos” y ahí debe haber una defensa.