En Buenos Aires, Argentina, se respiran aires albicelestes. La campeona del mundo nos recibe. Allí, envueltos por ese espíritu animoso que caracteriza a los pueblos de nuestro continente, se llevó a cabo la séptima Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
El gobierno de México, junto con el de Colombia, presentó una ruta de trabajo para la constitución de la agencia latinoamericana de medicamentos con el objetivo de avanzar en la autosuficiencia sanitaria y garantizar el acceso a medicamentos de calidad, seguros y eficaces para la región. Hay que decirlo: es algo atípico que un tema de naturaleza técnica, regulación de medicamentos, se suba al pleno de una reunión de jefes de Estado.
No es el primer intento. El doctor Rafael Pérez Cristiá, eminente sanitarista cubano y latinoamericano, promovió la idea de crear una herramienta para la convergencia regulatoria regional. Ni el más reciente. La idea de impulsar la conformación de una autoridad sanitaria regional fue lanzada por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), como parte del Plan de Autosuficiencia Sanitaria presentado en la sexta Cumbre de la Celac, realizada en la Ciudad de México en septiembre de 2021, muy de la mano con la realidad de pandemia por el covid-19 que se padecía en esos tiempos.
Ahora, en la séptima cumbre se materializó la propuesta de crear una agencia latinoamericana de medicamentos, impulsada por los vientos políticos hacia la integración que soplan en la región.
Como la Argentina campeona, jefes de Estado se unieron alrededor de una causa para llegar a una meta concreta. Esa causa, la salud. Esa meta, la agencia latinoamericana de medicamentos. En el momento que se presentó el documento en el pleno de acelerar este proyecto, 10 jefes de Estado la apoyaron: Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Honduras, Jamaica, República Dominicana, Colombia y México; además, atrajo la atención de otros participantes que también pueden sumarse a esta iniciativa.
El documento recomienda una alianza solidaria entre agencias sanitarias e industrias latinoamericanas y caribeñas para consolidar en la región la autosuficiencia sanitaria. El plan, además, tiene como objetivo crear un mercado regional de medicamentos genéricos, a precios accesibles, así como vacunas para combatir enfermedades emergentes o que afectan a poblaciones vulnerables.
Esta convicción resalta una América Latina y un Caribe libres y decididos a tomar sus propias decisiones para conducir su destino. No más atados a condiciones externas, los recursos de este continente deben ser administrados y utilizados para atender nuestras necesidades.
Esta ambición de la autosuficiencia sanitaria regional es de particular importancia en nuestras sociedades plagadas de profunda inequidad. El derecho a obtener una educación, una vida digna, una buena alimentación, una cama en una tierra sana, disfrutar del atardecer en un ambiente sano y seguro, tener acceso a la información, así como tantos otros derechos humanos, no son independientes del derecho a la salud, ni son ajenos a las libertades y alegrías de nuestros pueblos. Por eso, para lograr el derecho a la salud para todas las personas en todos los lugares es necesario fortalecer la regulación sanitaria.
Disfrutemos esta doble fortuna. América Latina y el Caribe se diagnostican y se curan. No es un elogio, es una expresión objetiva de la cumbre.
La respuesta contundente es la agencia latinoamericana de medicamentos.
* Titular de la Cofepris