A dos meses de que concluya el periodo de transición para que todas las facturas se emitan con el formato 4.0 –el cual contiene más datos de las transacciones y sus involucrados para evitar los esquemas de factureras y nomineras–, menos de la mitad de los contribuyentes lo están usando, exhibió Andrea Hernández Xoxotla, administradora general de Servicios al Contribuyente del Servicio de Administración Tributaria (SAT).
En entrevista con La Jornada explicó que a partir del primero de abril no se podrá facturar si no es en formato 4.0 y no habrá otra prórroga para la disposición que entró en vigor hace más de un año, en enero de 2022. Por ello el organismo puso en marcha una nueva facilidad para que los patrones obtengan directamente la información fiscal de sus trabajadores y sea más rápido el proceso de migrar nóminas.
Hernández Xoxotla detalló que la facturación 4.0 rebasa los cauces meramente técnicos y tiene el objetivo de combatir el robo de identidad fiscal. “Es un tema de seguridad (...) ya que en su momento fue utilizada malamente por algunos vivos”. El SAT ya había denunciado que las nomineras usaban registros de contribuyentes con los que no tienen vínculo para inflar sus egresos y con ello defraudar al fisco.
“Hubo suplantación de identidad, porque al ser solamente RFC (Registro Federal de Contribuyentes) el que se ocupaba para la factura, cualquiera que lo supiera podía facturar a tu nombre. Entonces se pusieron ciertos candados y una versión adicional de cruce de datos de manera interna, que permiten tener la certeza, o por lo menos detectar ciertos actos de manera más rápida.”
Informó que la transición hacia la emisión de comprobantes fiscales digitales (CFDI) en versión 4.0 “ha sido progresiva, de manera porcentual sí ha habido avance semana con semana y en este año los brincos han sido mucho más altos, pero ha sido gradual”. Reconoció que hasta la primera semana de febrero “arriba de 45 por ciento” –una cifra que prometió sería precisada– de los contribuyentes están usando el nuevo formato.
Hernández Xoxotla enfatizó que a partir del primero de abril ya no se podrá usar la versión 3.3 y quien no haya migrado al formato 4.0 simplemente no podrá facturar, lo cual implica que se pare la operación de una empresa, al no poder pagar ni cobrar operaciones.
A inicios de este año el SAT puso en marcha una facilidad para que los patrones obtengan los datos fiscales de sus trabajadores usando sólo el RFC, sin triangular la información con la constancia de situación fiscal que a mediados de 2022 se pidió a los empleados y provocó largas filas en las oficinas del organismo. El trámite “Solicitud Datos Trabajadores” está disponible en el portal del contribuyente y está sujeto a una validación de la autoridad.
Al tocar el tema de los servicios presenciales y su escasez ante los cuellos de botella generados por la disminución de personal en los primeros meses de la pandemia de coronavirus, Hernández Xoxotla aseguró que el asunto “realmente está regularizado, ya es 100 por ciento de percepción, porque hoy en día ya garantizamos las citas al contribuyente”.
Agregó que con la pandemia gran parte de la operación migró a servicios digitales y ahora “prácticamente los únicos dos servicios que requieren presencia en las oficinas son la inscripción al RFC y la firma electrónica por primera vez. Todos los demás servicios pueden ser a través del portal u otras plataformas del SAT”.
Destacó que cada semana se actualiza el semáforo que da cuenta de la disponibilidad de citas en cada oficina del SAT y deja a criterio del contribuyente cuál le conviene más. Reconoció que existen gestores que vieron un mercado con los cuellos de botella en la atención presencial; llamó a no usarlos y acercarse a una oficina para cualquier duda. “Todos los servicios del SAT son gratis”, enfatizó.