Londres. Las grandes petroleras ganaron 219 mil millones de dólares en 2022, pulverizando récords en un año de volatilidad de los precios de la energía, en el que la invasión rusa de Ucrania reconfiguró los mercados y, en algunos casos, las ambiciones climáticas del sector.
Duplicar sus ganancias, comparadas con 2021, dio a las petroleras margen para aumentar el gasto en proyectos de petróleo y gas, y a algunas la oportunidad de replantearse estrategias de transición energética para satisfacer las nuevas demandas de seguridad de abastecimiento.
Los beneficios combinados de 219 mil millones de dólares permitieron a BP, Chevron, Equinor, Exxon Mobil, Shell y TotalEnergies pagar a sus inversores la cifra histórica de 110 mil millones de dólares en dividendos, lo que ha provocado llamados de indignación a los gobiernos para que impongan impuestos extraordinarios a la industria con el fin de ayudar a los consumidores a enfrentar los costos de la energía.
“Yo cumplo con mi parte para que bajen los precios, ha llegado el momento que Big Oil cumpla con la suya”, dijo el presidente estadunidense Joe Biden la semana pasada, aludiendo a las grandes compañías petroleras. El martes, tildó los beneficios de esas empresas de “escandalosos”.
En el Reino Unido, el gobierno aprobó en mayo de 2022 un impuesto a los beneficios energéticos excepcionales, algo que también hizo la Unión Europea en septiembre, con una “contribución temporal de solidaridad”.