Washington. El nuevo jefe de comercio agrícola de Estados Unidos, Doug McKalip, dijo el jueves a Reuters que dio a México hasta el 14 de febrero para responder a una solicitud de Washington y que explique el fundamento científico detrás de las prohibiciones previstas al maíz genéticamente modificado y al herbicida glifosato.
La disputa amenaza con interrumpir el comercio de miles de millones de dólares en maíz entre Estados Unidos y México.
McKalip, el nuevo negociador jefe de la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), señaló que la respuesta de México ayudará a la agencia comercial a decidir los próximos pasos en su intento de resolver una larga disputa sobre las políticas agrícolas biotecnológicas de México.
“Veremos qué contienen esas respuestas. Y entonces, en función de dónde nos encontremos en ese proceso, daremos los siguientes pasos para intentar resolver la situación”, dijo McKalip.
Posible adopción de medidas formales
Esto podría ser un paso en el camino para tomar medidas formales en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) , que incluirían buscar consultas sobre la disputa o solicitar un panel de solución de controversias para determinar si las políticas de México violan el acuerdo comercial.
La petición de Estados Unidos se produjo en una carta enviada por el USTR el 30 de enero a la Secretaría de Economía en la que se solicitaban pruebas científicas de las prohibiciones y las evaluaciones de riesgo que respaldan las decisiones, que son obligatorias en virtud del acuerdo comercial iniciado en 2020.
No hay justificación
México “rechazó 14 rasgos de productos agrícolas por separado que se les presentaron y no proporcionaron ninguna justificación”, dijo McKalip a Reuters en su primera entrevista con los medios de comunicación desde su confirmación en el Senado de Estados Unidos el 23 de diciembre.
“Queremos asegurarnos de que hacen ciencia, muestran su trabajo y toman decisiones basadas en evaluaciones de riesgo”.
Los dos socios comerciales de América del Norte han estado enfrentados por un decreto emitido por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador en 2020 que buscaba eliminar gradualmente las importaciones de maíz genéticamente modificado para consumo humano y el herbicida glifosato para 2024.
México es uno de los mayores compradores de maíz estadunidense. Los agricultores estadunidenses envían anualmente a México unos 17 millones de toneladas de maíz amarillo, en su mayor parte transgénico, que se utiliza principalmente para la alimentación animal. Las autoridades mexicanas han afirmado que seguirán importando maíz modificado genéticamente para alimentación animal.
El retraso de la medida no cambia el problema de fondo
En diciembre, México ofreció retrasar la aplicación de la prohibición hasta 2025, pero McKalip, que anteriormente fue el principal asesor comercial del Secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, dijo que los retrasos y más excepciones no resolverían “el problema de fondo, que es que la ciencia debe impulsar las decisiones sobre estos productos”.
Sostuvo que esas declaraciones probablemente tenían como objetivo tranquilizar a los productores estadunidenses en el sentido de que México “tiene la intención de ser un comprador fiable” y evitar interrupciones en la cadena de suministro de alimentos.
McKalip, que también ayudó a dirigir el Servicio de Inspección Zoosanitaria y Fitosanitaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, añadió que, aunque la prohibición no entrará en vigor hasta 2024, está afectando a las decisiones de siembra de los agricultores estadunidenses para algunos productos.
“Hay nuevos productos que contienen rasgos de sostenibilidad, cosas que ayudarían a los agricultores a ser más productivos”, dijo. “Pero tienen el problema de tomar la decisión de utilizar esos productos si no hay una garantía de acceso en el mercado mexicano”.