Managua. Eveling Pérez es una mujer recia que, montada a lomo de toros bravíos, desafía al peligro y el machismo en Nicaragua.
En una exhibición en las fiestas de Tipitapa, a unos 30 kilómetros al este de Managua, se sacude en el aire empujada por los movimientos del toro, mantiene el equilibrio con el brazo izquierdo alzado y con el derecho se aferra al animal.
En un intento por quitarse de encima a Pérez, de 33 años, la bestia corre por el ruedo mientras cientos de espectadores aplauden y gritan en las graderías.
Pérez comenzó a sentir ganas de montar cuando era adolescente. Un sueño que su hermano trataba de estropear con el argumento de que la monta es “para hombres”, recuerda a la AFP.
“Si los hombres lo hacen, nosotras también podemos hacerlo”, agrega esta madre de dos hijos, quien gana hasta 200 dólares por montada vestida con camisa oscura de manga larga y casco de protección rosado.
De 1.60 metros de estatura, se esfuerza por mantenerse en forma, para lo que hace ejercicio y corre unos dos kilómetros a diario, cuando no está lesionada. Es que las montas le han dejado golpes y fracturas.
Pérez también participa en rodeos locales e internacionales, en los que se premia la permanencia por más de ocho segundos sobre el animal.
Los montadores hacen una breve oración de rodillas antes de montar. En la arena no están solos con el toro, sino también ante decenas de bulliciosos espectadores que se regocijan provocando al animal para que los persiga.
Más difícil y más valientes
“La diferencia entre un hombre y una mujer [es] que una nunca va a apretar más que un hombre, ni tampoco va a tener la flexibilidad que tienen arriba de un toro, pero tratamos de hacerlo, porque no es muy común mirar a una mujer montando, pero se puede”, afirma.
Combina su pasión por mon-tar toros con su trabajo como cocinera en un local de venta de almuerzos.
“Claro que es más difícil para una mujer”, sostiene Carlos Conde, compañero del equipo de monta de Pérez.
Asegura que a pesar de que los hombres tienen más velocidad y fuerza que las mujeres en la monta de toros, ellas demuestran más valentía que sus colegas varones.
La pasión taurina en Tipitapa, como en casi toda Nicaragua, incluye el “Tope de toros”, en los que cientos de lugareños corren detrás de estos animales sueltos en las principales calles de la ciudad.
La música está a cargo de los “chicheros”, bandas populares que acompañan las fiestas con trompetas, trombones, tambores, bombos y platillos.
En el equipo de montadores de Pérez sólo hay otra mujer, pero ella busca promover una mayor participación femenina en esta singular actividad.
“A mí me gustaría que entráramos muchas más mujeres para que representáramos al sexo femenino”, indica Pérez, originaria de Tipitapa, que entre el 6 y el 22 de enero de cada año celebra fiestas patronales por el Cristo Negro de Esquipulas.
Ellas mandan
Marvin Bolaños, de la Asociación de Caballistas, destaca que ahora existe mayor participación de mujeres en actividades que antes eran exclusivamente de hombres.
“Hoy ellas comparten 50 por ciento, tienen participación en todo y nosotros como esposos, si ellas quieren montar, siempre las preferimos, porque siempre la mujer es la que manda”, dice Bolaños.
Por su parte, Francisco Orozco, propietario de una docena de toros de monta, asegura que “no hay que ser machista, hay que dejar a las mujeres hacer lo que gusten porque tienen valor y coraje también”.