Madrid. El derretimiento de los glaciares de montaña representa un riesgo creciente de inundación para unos 15 millones de personas en el mundo, y sólo cuatro países concentran más de la mitad de la gente expuesta.
Un equipo internacional de científicos, dirigido por la Universidad de Newcastle, elaboró la primera evaluación mundial de las zonas con mayor riesgo de inundaciones por desbordamiento de lagos glaciares e identificó las áreas prioritarias para su mitigación. Hallaron que más de la mitad de las poblaciones vulnerables viven en India, Pakistán, China y Perú. Los hallazgos fueron publicados en Nature Communications.
A medida que el clima se calienta, los glaciares retroceden y el agua de deshielo se acumula en la parte delantera del glaciar, formando un lago, el cual puede reventar repentinamente y crear una crecida rápida de lago glaciar (GLOF, por sus siglas en inglés) con la posibilidad de extenderse a gran distancia del lugar original, más de 120 kilómetros en algunos casos. Puede ser muy destructivo y dañar propiedades, infraestructuras y terrenos agrícolas, además de provocar importantes pérdidas de vidas humanas.
El número de lagos glaciares ha aumentado rápidamente desde 1990 como consecuencia del cambio climático. Al mismo tiempo, el número de personas que viven en estas cuencas también ha aumentado de forma considerable.
El equipo de investigación estudió mil 89 cuencas de lagos glaciares del mundo y el número de personas que viven a menos de 50 kilómetros de ellas, así como el nivel de desarrollo de esas zonas y otros indicadores sociales como marcadores de vulnerabilidad a las GLOF. Utilizaron esta información para cuantificar y clasificar el potencial de daños en el orbe y evaluar la capacidad de las comunidades para responder eficazmente a una inundación.
Los resultados pusieron de manifiesto que 15 millones de personas viven a menos de 50 kilómetros de un lago glaciar y que Asia de alta montaña (que abarca la meseta tibetana, desde Kirguistán hasta China) tiene el mayor peligro, con 9.3 millones de personas potencialmente en riesgo. India y Pakistán cuentan con unos 5 millones de individuos expuestos.
La investigadora principal, Caroline Taylor, estudiante de doctorado en la Universidad de Newcastle, destacó que “este trabajo pone de manifiesto que lo más peligroso no son las zonas con mayor número de lagos o con un crecimiento más rápido. Lo que determina el peligro potencial de una GLOF es el número de habitantes, su proximidad a un lago glaciar y, lo que es más importante, la capacidad para hacer frente a una inundación”.
Los investigadores señalaron la relativa falta de estudios sobre el riesgo. Aseguraron que urge seguir indagando para comprender mejor el peligro potencial de GLOF a nivel local en esta zona, debido al elevado número de personas que viven en las proximidades de los lagos glaciares y a su reducida capacidad para hacer frente al impacto de ese fenómeno.
El glaciar Perito Moreno, en la región de la Patagonia Argentina. Foto Ap
Rachel Carr, catedrática de Geografía Física de la Universidad de Newcastle y coautora del estudio, apuntó que “comprender qué zonas corren mayor peligro de sufrir inundaciones glaciares permitirá adoptar medidas de gestión del riesgo más específicas y eficaces que, a su vez, ayudarán a minimizar la pérdida de vidas humanas y los daños a las infraestructuras aguas abajo como consecuencia de este importante peligro.
“Nuestro trabajo no se centra sólo en el tamaño o la cantidad de lagos glaciares; ningún desastre es natural; es la presencia de personas en el entorno, especialmente vulnerables, lo que provoca un desastre”, reiteró Stuart Dunning, geógrafo físico de la Universidad de Newcastle y coautor del estudio.
Se prevé que las inundaciones de los lagos glaciares empeoren con un clima más cálido.
En conjunto, los glaciares del mundo perdieron alrededor de 332 gigatoneladas de hielo al año entre 2006 y 2016.
En comparación con los glaciares de montaña en los Alpes y Norteamérica, los lugares helados de Asia no están tan bien vigilados: la mayoría carece de observaciones a largo plazo sobre cómo han cambiado con el tiempo.