Omara Portuondo, leyenda de la música cubana, La novia del filin, inició desde el año pasado la gira mundial Vida en la que hace un recorrido de su prolífica trayectoria musical de más de siete décadas, la cual llegará a México en marzo.
Además de la gira de La diva del Buena Vista Social Club, se vislumbran diversos proyectos como el estreno de un musical en Broadway en 2024, mientras se preparan una película y un libro biográficos, trabajos arduos que implican mucha paciencia.
A sus 92 años de edad, la legendaria cantante mantiene “la energía y vitalidad”, que proyectará el 11 de marzo en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, donde encabezará una velada que “abarca las canciones que ha hecho más populares; es una selección que incluye un ciclo de bolero con temas de César Portillo y José Antonio Méndez” entre otros compositores, explicó Ariel Jiménez Portuondo, hijo y mánager de la cubana.
Omara Portuondo nació en La Habana, Cuba, el 29 octubre de 1930, creció en un ambiente propicio para el arte. Desde pequeña tuvo un arraigo especial con la música tradicional de su país, de donde viene su admiración por Ernesto Lecuona, Isolina Carrillo y Arsenio Rodríguez. Sus inicios como cantante fueron con el grupo Loquibambia, que dirigió Frank Emilio Flynn. Después, cantó y bailó con la agrupación femenina Anacaonas y más tarde formó parte del cuarteto de Orlando de la Rosa junto a Elena Burques, Adalberto del Río y Roberto Barceló; en esos tiempos debutó en la radio, en la que fue anunciada como la señorita Omara Brown, La novia del filin.
Jiménez Portuondo, vía telefónica desde Cuba, contó a La Jornada que “la gira Vida es resultado de una idea que surgió el año pasado en pandemia; con mi madre comenzamos fechas por diversas partes del mundo. No es que ella se retire; es su despedida de algunos países que están bastante lejanos, los cuales, por su edad, ya no podrá” visitar.
Puntualizó: “Después, Omara seguirá grabando cosas que le faltan y algunas hará otras actividades, pero no es que se retire”.
Ella, comentó Ariel Jiménez, “comenzó a cantar a los 16 años y la voz la tiene intacta, porque mi mamá no toma ni fuma, ni le gustan actividades nocturnas; siempre ha sido muy tranquila. Además, tiene mucha energía”.
Estrecho vínculo con México
Incluso, adelantó que existe la posibilidad de abrir otra fecha en el recinto de Donceles del Centro Histórico, así como concretar fechas en otras entidades de la República. Después, precisó Jiménez, retomarán conciertos en Europa, Estados Unidos y están programando países de Asia. “México para Omara, es su segundo país, por el vínculo tan grande que ha tenido desde la década de 1940 en adelante”, subrayó.
Entre los proyectos que contempla la leyenda cubana destacan: “Vamos a empezar a trabajar en el libro biográfico y estamos contactando con algunas entidades por el tema del presupuesto para la película; otro proyecto en puerta es un show que se presentará en Broadway dedicado a Omara, en 2024”.
Antes, entre marzo y abril próximo, preparan el lanzamiento del disco Vida, el cual “se grabó en casa en plena pandemia y se hizo con duetos de artistas importantes y amigos como Rubén Blades, Natalia Lafourcade, Raphael, Susana Baca, Dionne Warwick y Gaby Moreno”.
Luego de giras y viajes constantes, Jiménez contó que en los recesos que tiene la legendaria intérprete “le ponemos música, cantamos y platicamos con ella; además, a mi mamá siempre le ha gustado descansar mucho y tener una vida tranquila. Siempre se pone a cantar, sigue con su jocosidad simpática y su gran sentido del humor”.
Aunque en la vida de Omara ha habido grandes alegrías, también ha enfrentado obstáculos. “Como mujer ha sufrido el tema racial por ser negra; las cuestiones negativas las ha enfrentado sola, incluso desde muy niña lo hizo, porque la familia era muy pobre… mi papá fue jugador de beisbol, mi abuelo también y mi abuela fue discriminada por casarse con un negro, pues en ese tiempo tenía buena posición económica. Sí, fue una familia muy unida, pero pobre y Omara tuvo que enfrentarse a la vida sola”.
Además, “las mujeres sufren mucho el tema machista y racial y ella afrontó eso. Sus grandes méritos es estar adonde ha llegado, así como lograr que el público la quiera por su sencillez, naturalidad y ser asequible para todo mundo. Esos han sido los retos de su vida”.
Para preservar el bienestar de la cantante, el hijo de Portuondo comentó: “Programamos y organizamos las giras, sobre todo las largas, con etapas de descanso para que no se desgaste, imagina si uno tiene menos edad y nos cansamos… pero ella siempre tiene un filosofía y saca energía de donde no la tiene y la transmite”.
La novia del filin ha expresado: “Para mí, cantar es vivir, es mi manera de ser. Si me preguntan por mi lugar favorito, será siempre el escenario, la canción que interpreto, el próximo aplauso”.
Ahora, la intérprete, quien también “fue maestra de baile popular en Cuba, en los años 60, disfruta la compañía de su familia, de mí y de su nieta Rossio, quien también se hizo músico e hizo giras con ella entre 2018 y 2019”, destacó Ariel Jiménez.
Omara Portuondo se presentará en el Teatro de la Ciudad el 11 de marzo a las 19 horas, como parte de su gira Vida. La cita es en Donceles 26, colonia Centro Histórico, cerca de la estación Allende del Metro.