Madrid. La primera ministra de Francia, Élisabeth Borne, anunció ayer una ampliación de los criterios para la jubilación anticipada en un intento por apaciguar las protestas multitudinarias y a fin de ganar el apoyo a la reforma de los conservadores en el Parlamento.
En entrevista con Journal du Dimanche, planteó que quien haya comenzado a cotizar entre los 20 y 21 años pueda jubilarse a los 63, un año antes de la edad mínima.
Según Borne, la medida implicaría a 30 mil personas y costaría hasta mil millones de euros (mil 100 millones de dólares) al año, por lo que habría que asegurar una fuente de financiamiento.
El diputado republicano Pierre-Henri Dumont, declaró que la concesión no es suficiente para obtener el apoyo de los miembros del partido.
El 10 de enero Borne confirmó que el gobierno quiere que la edad de jubilación pase de 62 a 64 años para 2030 y el periodo de cotización para una pensión completa de 42 a 43 años para 2027.
La asamblea (Cámara Baja) iniciará hoy el debate en pleno de la reforma que busca paliar un déficit en la caja de las pensiones de 13 mil 500 millones de euros (14 mil 600 millones de dólares) en 2030, según el gobierno.
En tanto, el frente sindical recrudece la presión con dos nuevas protestas, luego de la del pasado 31 de enero: una para el martes y otra para el sábado.
La circulación de los trenes volverá a estar “fuertemente perturbada” el martes según la empresa ferroviaria estatal SNCF. El metro y los trenes regionales reducirán su frecuencia en París.