En el país, sindicatos estratégicos –como el de Pemex o el de telefonistas– siguen estando “en manos del corporativismo”, ya que, pese a la reforma laboral, los dirigentes charros siguen teniendo control de los procesos de elección y obstaculizan la libertad y democracia sindical que impulsa la propia legislación.
Tales principios forman parte de la lucha social que el activista José Antonio Vital Galicia emprendió durante más de cuatro décadas, y a quien familiares, amigos e integrantes de distintas organizaciones rindieron ayer homenaje a un año de su fallecimiento, en el Foro Lenin.
En “reconocimiento a sus esfuerzos” por la seguridad social y los derechos de los trabajadores, anunciaron el relanzamiento de la Casa del Obrero Socialista Antonio Vital (Cosav). Desde esta instancia se impulsará el debate, la formación político-sindical, la articulación y se brindará apoyo e información a trabajadores de la salud, la educación y empleados públicos.
Pedro Martínez, coordinador de la Cosav, señaló que en 2019 se reformó la Ley Federal del Trabajo “pretendidamente para democratizar sindicatos”, a través del cambio de directivas, revisión y aval de contratos colectivos y otros procesos.
No obstante, apuntó, “la llamada libertad sindical ha polarizado la fuerza obrera, y el voto libre, directo y secreto es insuficiente, pues las dirigencias corruptas controlan el aparato electoral y continúa la impunidad”.
Mencionó que el sindicalismo enfrenta una “fuerte crisis”, como la pérdida de representatividad, ya que la tasa de sindicalización continúa en descenso y el “charrismo sindical no desaparece, se reacomoda”.
De acuerdo con la Cosav, actualmente sólo uno de cada 10 trabajadores es sindicalizado, además de que no “confrontan unidos las políticas laborales antiobreras”.