Durante su pasarela en la plenaria de los senadores de Morena, los cuatro principales aspirantes a suceder a Andrés Manuel López Obrador se dijeron conformes con las encuestas como método de selección, dos de ellos expresaron algunas condicionantes y todos coincidieron en la necesaria unidad.
Los secretarios de Gobernación, Adán Augusto López, y de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, así como la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, recibieron un trato igual, sin gritos de apoyo ni aplausos estruendosos, aunque ya fuera del recinto senatorial la situación fue distinta.
Sheinbaum se manifestó lista para la contienda interna y recibió el reconocimiento a su labor al frente de la capital del cuarto aspirante, el senador Ricardo Monreal, quien comentó que debieron invitarla mucho antes a una plenaria de su grupo.
“¿Sanaron cualquier herida del pasado?”, se les preguntó al final. De inmediato, Monreal respondió: “Somos amigos, no hay ninguna herida”, pero Sheinbaum aclaró: “Sí, somos compañeros”.
“Mismo trato”
Antes, el coordinador de los senadores morenistas –quien jugó el papel de moderador– ya no permitió que la jefa de Gobierno respondiera a 30 preguntas de legisladores, a fin de “dar el mismo trato” a todos, pues previamente el titular de Gobernación sólo habló cinco minutos y por razones de tiempo no se plantearon más interrogantes.
El mismo ritual siguió Monreal con Ebrard y al finalizar su ponencia lo condujo hasta donde esperaban los periodistas. Ahí, el canciller le comentó: “¡Gracias, amigo!, ¡suerte!” Y una vez más, en la calle, un mariachi esperaba al titular de Relaciones Exteriores para dedicarle piezas como Mi ciudad, El rey y hasta una porra musicalizada.
El primero en el escaparate fue el secretario de Gobernación, quien inauguró la plenaria en el recinto de Xicoténcatl y valoró que entre los senadores de su partido “soplen vientos de unidad”, ya que en 2024 la batalla electoral “no va a ser fácil y no debemos confiarnos”.
La encuesta
En entrevistas sucesivas, López Hernández y la jefa del Gobierno capitalino señalaron sin condicionamientos que están en favor de la encuesta como herramienta de elección del abanderado de Morena a 2024.
“Yo como militante estoy convencido que el método es el de la encuesta, que es el que mejores resultados ha dado en los procesos de selección de candidatos”, subrayó el titular de Gobernación, y dijo que desconoce de impugnaciones de sus correligionarios ante ese proceso.
Sheinbaum, de su lado, aseguró que hay piso parejo debido a que la encuesta será abierta, es decir, que no sólo se pregunta a los militantes de Morena y los partidos aliados, sino a la ciudadanía en general.
Ebrard insistió en que se cumplan tres condiciones para dar certidumbre a la población: “que se dé mucha claridad en el tamaño de la encuesta y la calidad de la muestra que se va a hacer y que sea transparente”; dos, que se presenten debates entre los aspirantes para que la gente conozca las propuestas de cada uno de ellos; y tres, que quienes deseen competir se separen de sus cargos en tiempo.
Monreal indicó que aceptaría que la encuesta sea el método para definir al candidato, pero siempre y cuando no la aplique el partido, sino “una batería de casas encuestadoras de prestigio, objetivas e imparciales. Podrían ser encuestas espejo, cinco no se equivocarían”. Agregó que, si decide inscribirse, honrará su palabra y aceptará los resultados.
Compromiso de senadores
Cada uno de los cuatro aspirantes recibió un documento firmado por 51 de los 60 senadores de Morena, en el que los legisladores se comprometen a apoyar a quien resulte favorecido en las encuestas que lleve a cabo Morena, pero les demandan que ellos a su vez respeten el resultado final.
“Confiamos en que seremos capaces de trabajar juntos para construir una propuesta sólida y coherente que permita dar continuidad y profundidad al titánico esfuerzo que ha hecho el presidente Andrés Manuel López Obrador”, señalaron los legisladores en el documento, leído al final de la plenaria por el senador César Cravioto.
Horas más tarde, en sendas reuniones con diputados y senadores de los partidos aliados (PT y PVEM), de cara a los comicios de 2024 y tras la división en Coahuila, Sheinbaum insistió en que es contraproducente poner en duda la unidad. Lo único que puede “mermarnos, es la desunión”, recalcó.
Rechazó además tener grupo o atacar a alguno de sus correligionarios y recordó que toda su vida ha participado en la construcción del movimiento que hoy es mayoría en el país.
Ya no se repitió la euforia que las corcholatas levantaron la víspera en San Lázaro. Esta vez los aspirantes a la candidatura presidencial de Morena fueron recibidos con equilibrio por las bancadas de PT y PVEM. El secretario de Gobernación canceló de última hora su cita con los verdes.
En cambio, el PVEM recibió de pie y con aplausos a Marcelo Ebrard en el Salón Verde de la Cámara de Diputados. Más tarde Monreal manifestó que la anticipación en la carrera presidencial no beneficia al movimiento.