Brasilia. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, declaró ayer que está a favor de la estabilidad económica y la seriedad fiscal, pero también defendió la seriedad política y social del país.
Durante un acto con organizaciones sociales en el Palacio de Planalto, el también ex dirigente metalúrgico afirmó que la deuda social de Brasil es la mayor que tiene el país y repitió su promesa de campaña de reajustar el valor del salario mínimo en términos reales todos los años de su gobierno.
“Soy una persona que defiende mucho la estabilidad económica, la seriedad fiscal, pero quiero seriedad política y social, porque es verdad que tenemos mucha deuda por pagar, pero la más urgente de saldar es la contraída con el pueblo brasileño”, sostuvo Lula.
Los comentarios del mandatario se producen en un contexto de constante temor expresado por los agentes del mercado financiero sobre las cuentas públicas del país en el que es su tercer mandato como presidente. También llegan en un momento en que el equipo de economía dirigido por el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, trabaja en un nuevo marco fiscal que sustituya al techo de gasto constitucional.
En su discurso ante miembros de movimientos sociales, Lula también afirmó que la economía brasileña se basará en la búsqueda de alternativas de energía limpia y, al igual que hizo durante la campaña electoral del año pasado, volvió a prometer que combatirá la deforestación en la Amazonia, afirmando que es necesario comprender la importancia de la selva para el planeta.
Mencionó el decreto emitido ayer mediante el cual se autoriza crear una zona de identificación de defensa aérea sobre tierra yanomami, al señalar que el instrumento servirá para expulsar a los mineros ilegales de las zonas indígenas.
En un momento humorístico de la ceremonia con representantes de movimientos sociales, Lula bromeó sobre su estancia en un hotel, un mes después de su investidura, a la espera de los arreglos al Palacio de la Alvorada, residencia oficial del presidente de la República.
“Soy un ‘sin techo’, un ‘sin palacio’, tienen que ayudarme a reclamar mi derecho a la vivienda.”
En tanto, Joenia Wapichana, quien en los próximo días se convertirá en la primera indígena en dirigir la Fundación Nacional del Indio, dijo que el gobierno prepara un grupo de trabajo, en el cual participarán varias agencias gubernamentales y organismos del orden, que lanzará una operación para expulsar a los mineros ilegales de oro de la reserva yanomami.
En declaraciones a la plataforma de periodismo amazónico Sumaúma, Wapichana aclaró que no podía dar detalles de la inminente operación para no alertar a los mineros que han invadido el territorio indígena.
Unos 20 mil mineros buscan oro en la mayor reserva indígena de Brasil, en el estado de Roraima, fronterizo con Venezuela, donde han contaminado las aguas con el mercurio utilizado para separar el metal del mineral y la tierra, según las autoridades. Los mineros están cada vez más asociados a bandas bien armadas que han aterrorizado a comunidades indígenas que por primera vez no pueden alimentarse por sí mismas, lo que ha provocado una malnutrición generalizada y muertes entre los 28 mil yanomamis.
En otro orden, la Casa Blanca informó que el presidente Joe Biden recibirá a Lula el próximo día 10.