Miami. Las cosas han cambiado desde que el presidente Barack Obama implementó una política de deshielo con Cuba, y aunque en los últimos meses han entrado en vigor algunas medidas para acercar a las familias separadas por el estrecho de Florida, Estados Unidos no ve fácil volver a esos tiempos de lazos cercanos.
“Es difícil volver para atrás”, expresó Benjamin Ziff, encargado de negocios de Estados Unidos en la embajada de La Habana. “El mundo ha cambiado desde la época de Obama y ahora tenemos que tratar con el mundo de hoy”, expresó en entrevista con la agencia Ap.
En 2014, Obama y el entonces presidente cubano, Raúl Castro, anunciaron la normalización de relaciones entre la isla y Estados Unidos, el inicio de una serie de acuerdos que incluyeron la reapertura de la embajada en La Habana, cooperación migratoria, viajes académicos y de familiares, remesas y otras cosas.
A lo largo de sus dos presidencias, Obama recurrió a órdenes ejecutivas para mejorar las relaciones bilaterales y debilitar el bloqueo comercial estadunidense, que ha estado vigente por más de seis décadas y sólo puede ser levantado por el Congreso. Con la llegada de Donald Trump al poder, en 2017, gran parte de esas medidas fueron desechadas.
Biden fue vicepresidente durante el gobierno de Obama y su llegada a la presidencia renovó esperanzas de algunos sectores de que volvería a las políticas de aquella época. Su administración ha puesto en vigor alivios a las remesas, más vuelos y asistencia humanitaria a la isla, la repertura de servicios consulares tras cinco años, pero están lejos de retomar la flexibilidad y el acercamiento promovidos por Obama entre estos dos históricos enemigos de la guerra fría.
Ziff, quien es el máximo representante de Estados Unidos en la isla, manifestó que las medidas adoptadas en los últimos meses apuntan a mejorar la vida de las familias cubanas, pero destacó que no es fácil lidiar con las autoridades de la isla.
“La relación con Estados Unidos por razones históricas, políticas y de derechos humanos, es difícil”, aseguró el diplomático, quien desempeña su labor en la isla desde hace seis meses. “Definiría a las relaciones de Estados Unidos con Cuba como correctas y pragmáticas”, indicó.
El cambio no llegará de afuera
Para Ziff, “el cambio en Cuba viene de Cuba y no depende de nadie más”. Añadió que “Estados Unidos puede apoyar, incentivar, abogar, presionar, todo, pero básicamente el futuro de la isla depende de los cubanos”.
Las conversaciones entre ambos gobiernos se han retomado y el tema más importante de la agenda de Washington es el de los derechos humanos, tras las protestas callejeras de julio de 2021, comentó Ziff, quien habló sobre todo en inglés, intercalando algunas respuestas en un perfecto español.
La reanudación de las actividades consulares coincide con una ola migratoria histórica de cubanos hacia Estados Unidos que llevó al gobierno de Biden a tomar medidas para frenar las llegadas de indocumentados.
En los últimos dos años, las autoridades estadunidenses han detenido a casi 300 mil cubanos en la frontera con México, y miles más que intentan llegar a Florida por mar. Algunos han sido retornados a la isla, pero la gran mayoría se ha quedado bajo las reglas de migración que datan de la guerra fría. Esa cifra equivale a casi 3 por ciento de los habitantes de Cuba.
Como parte de la reanudación del diálogo con las autoridades cubanas aparece el tema de la migración sin documentos, asunto de seguridad nacional para Estados Unidos. Por ahora Cuba no está recibiendo de regreso a la isla a los cubanos que llegan sin papeles a Estados Unidos, pero se ha comprometido a hacerlo “pronto”, dijo Ziff, agregando que aún no se ha fijado una fecha.