París. Cientos de miles de personas protestaron de nuevo ayer en las calles de Francia contra la reforma a las pensiones del presidente liberal Emmanuel Macron, decidido a aprobarla en el Parlamento pese al creciente rechazo popular, y quien horas antes la calificó de fundamental.
Las dos medidas que cristalizan el descontento son el retraso progresivo hasta 2030 de la edad de jubilación de 62 a 64 años y el adelanto a 2027 de la exigencia de cotizar 43 años –y no 42 como ahora– para cobrar una pensión completa.
El fin de semana la primera ministra Élisabeth Borne advirtió que el retraso a 64 años “ya no era negociable”.
Según las estimaciones de la policía, 1.2 millones de personas participaron en las protestas del martes en toda Francia y 87 mil en París; sin embargo, la organización sindical Confederación General del Trabajo afirmó que hubo alrededor de 500 mil manifestantes en la capital y 2.8 millones en todo el país.
Las manifestaciones contaron con la participación de la Agencia Autónoma de Transportes de París (RATP), la empresa francesa de ferrocarriles SNCF, los empleados del aeropuerto de París Charles de Gaulle y los trabajadores de las estaciones de esquí francesas, entre otros.
TotalEnergies declaró que 55 por ciento de los trabajadores de los turnos de la mañana de sus refinerías dejaron las herramientas; la CGT señaló que la cifra era inexacta.
En las redes ferroviarias sólo funcionaba uno de cada tres trenes de alta velocidad TGV; los convoyes de cercanías y regionales resultaron aún más afectados. Los servicios del Metro de París fueron suspendidos.
En tanto, la mitad de los profesores de primaria abandonó el trabajo, dijeron los sindicatos.