Ciudad de México. El comportamiento de la economía de México durante 2022 sorprendió a los agentes económicos, por resultar mejor a lo esperado al inicio del año. La estimación oportuna del producto interno bruto (PIB) indicó un crecimiento anual de 3 por ciento, incremento con el que prácticamente la economía mexicana recuperó su tamaño previo a la pandemia de covid-19.
La actividad económica hiló cinco avances a tasa trimestral, pero la del cuarto trimestre, de 0.4 por ciento real, fue la menor. Con ello, quedó 0.7 por ciento arriba de los niveles precovid y empató su máximo histórico.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las actividades secundarias (minería, construcción y manufactura) registraron un crecimiento anual de 3.2 por ciento real en 2022. Le siguieron las actividades primarias (agropecuarias y ganaderas) que subieron 2.8 por ciento; mientras las terciarias (servicios y comercio) crecieron 2.7 por ciento.
En su comparación trimestral, el principal impulso provino del sector primario, con un crecimiento de 2 por ciento en el cuarto trimestre respecto al periodo previo. El sector terciario se desaceleró, al aumentar sólo 0.2 por ciento en el último trimestre de 2022, frente al tercer trimestre, cuando avanzó 1.1 por ciento, con todo y El Buen Fin. El sector secundario avanzó 0.4 por ciento. Así, la tasa anual del crecimiento de la actividad productiva se ubicó en 3.6 por ciento.
Según estimaciones de Janneth Quiroz, subdirectora de análisis económico de Monex, la economía mexicana fijó un nuevo máximo histórico con el crecimiento trimestral de 0.4 por ciento, por lo que superó el previo del tercer trimestre de 2018.
“La economía mexicana creció 3 por ciento en 2022, tras el crecimiento de 4.7 por ciento reportado en 2021. Con ello, se recuperó por completo de las caídas de 0.2 por ciento y 8.2 por ciento reportadas en 2019 y 2020, respectivamente”, precisó Quiroz.
Para el 24 de febrero, el Inegi publicará el dato definitivo del PIB nacional.
En el paquete económico de 2022, la Secretaría de Hacienda estimó un crecimiento de la economía mexicana de 4.1 por ciento. Tras el estallido de la guerra en Ucrania y ante una mayor inflación, la dependencia revisó a la baja su proyección del PIB, a 2.4 por ciento, en julio del año pasado.
Asimismo, en la encuesta de analistas privados, que elabora el Banco de México (BdeM), se pronosticó un crecimiento de 2.79 por ciento en su edición de diciembre de 2021; posteriormente, en marzo del año pasado, la estimación fue revisada a la baja, a 1.76 por ciento; para septiembre la proyección mejoró a 2.01 por ciento y en el último sondeo del año pasado, el pronóstico fue de 2.9 por ciento.
“Cuando a mediados del año pasado la mayoría de los analistas adoptamos un tono pesimista, el sector terciario (comercio y servicios) registró un desempeño mejor al previsto. La creación de empleos en el país fue sólida y, a pesar de las menores expectativas de crecimiento para Estados Unidos (principal socio comercial de nuestro país), las exportaciones (16.9 por ciento anual) y la producción manufacturera mostraron una firme expansión en 2022”, explicó Ricardo Aguilar, economista en jefe de Invex.
Sin embargo, para Alejandro Saldaña, subdirector de análisis de Ve por Más, la economía mexicana registrará una fuerte desaceleración este 2023, al agotarse el efecto de reapertura y ante el debilitamiento esperado en la demanda, por la erosión del poder adquisitivo (inflación) y el endurecimiento monetario a niveles local y mundial. Las inversiones asociadas al nearshoring (relocalización de empresas) ofrecerán algo de resiliencia a la economía mexicana.