Jerusalén. Dos palestinos murieron ayer por heridas de bala en dos incidentes con personal de seguridad israelí, informó el ministerio Palestino de Salud, mientras las autoridades israelíes clausuraron y anunciaron que demolerán la casa de un palestino del este de Jerusalén que mató a siete personas afuera de una sinagoga el viernes.
Este ha sido uno de los meses más sangrientos en Cisjordania y el este de Jerusalén en los últimos años, luego de dos ataques palestinos contra israelíes en Jerusalén.
La escalada de violencia amenaza con aumentar aún más las tensiones y ensombrecer la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, que comienza hoy.
Por lo pronto, en Ramalá, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, se reunió con el director de la Agencia Central de Inteligencia, Williams Burns, a quien le habló de la importancia de presionar a Tel Aviv para que cese las acciones unilaterales y cumpla con los acuerdos concertados.
El presidente francés, Emmanuel Macron, instó al premier israelí, Benjanmin Netanyahu, a “evitar” la escalada de violencia.
El ministerio palestino de Salud informó que Karam Ahmad Salman, de 18 años, murió por un disparo de un guardia de seguridad junto al asentamiento de Kedumim en Cisjordania. El ejército israelí dijo que un guardia del asentamiento identificó a un hombre “armado” con una pistola fuera de la colonia y le disparó.
El ministerio de Salud subrayó que el asentamiento de Kedumim se construyó en terrenos palestinos de propiedad privada.
Salman es uno de los 34 palestinos muertos desde que comenzó el año en Cisjordania, entre civiles y militantes.
El ministerio de Salud también confirmó la muerte de un hombre de 24 años herido en una incursión del ejército israelí en Jenin el jueves, que mató a otros 10 palestinos.
Más temprano ayer, la policía israelí clausuró la casa de un atacante palestino en el este de Jerusalén que ultimó a siete personas e hirió a tres frente a una sinagoga, una de las varias medidas punitivas aprobadas por el gabinete de Netanyahu durante la madrugada.
Los tiroteos del fin de semana siguieron a una incursión israelí en Cisjordania el jueves que mató a 10 palestinos, la mayoría de ellos milicianos. En respuesta, los combatientes en la franja de Gaza dispararon una andanada de cohetes contra Israel, lo que provocó una serie de ataques aéreos.
En un mensaje al gabinete, Netanyahu informó ayer: “sellamos la casa del terrorista que llevó a cabo el horrendo ataque en Jerusalén, y su casa será demolida”.
“No buscamos una escalada, pero estamos preparados para cualquier escenario. Nuestra respuesta al terrorismo es mano dura”, agregó.
En tanto, palestinos denunciaron numerosos ataques de colonos judíos en Cisjordania.