Aunque se estima que 70 por ciento de los migrantes y solicitantes de asilo que están en México tienen experiencia en distintos oficios y algunos hasta carrera universitaria, para ambos es complicado insertarse en el mercado laboral formal.
La falta de alternativas para obtener documentos que regularicen su estancia en el país y el escaso acompañamiento que reciben en esta materia son algunas de las razones que les dificultan emplearse, señaló Gerardo Talavera, director ejecutivo del programa Casa Refugiados.
Tal es el caso de Herlinda Romero, venezolana refugiada, quien si bien es técnico universitario en administración de empresas y tiene una década de experiencia en este sector, a cuatro años de que llegó a México no ha podido encontrar un empleo donde siga aplicando sus conocimientos.
Ante ello ha tenido que trabajar en el cuidado de niños, en la limpieza en departamentos, en organización de eventos y similares.
“A mí me gusta la administración de empresas y de hecho yo tuve mi negocio por 10 años en Venezuela, pero luego enviudé y la situación económica fue empeorando, por eso decidí venirme”, compartió en entrevista.
Señaló que la pandemia de covid-19 también fue un factor que influyó en que por más de dos años estuviera desempleada. Ahora, dijo, “como está un poco complicado trabajar en el área que a mí me gusta, vendo pasteles que hornea mi hermana. ¡Quién quita y así nos va bien!”.
Jesús es hondureño solicitante de refugio en México. Llegó apenas hace un año acompañado de su amiga Arena, una perrita que junto con él cruzó la frontera, a pie y en tren.
Expuso que tuvo que salir de su país por motivos que “son fuertes”, que prefirió no mencionar porque el proceso de refugio sigue pendiente.
Señaló que es tatuador, actividad a la que se ha dedicado por más de 12 años. Sin embargo, para poder desempeñarse como tal ha tenido que trabajar en otras labores, como vendedor, albañil y electricista.
Gracias a ello, dijo, “ya tengo mi estudio en la colonia Obrera, donde tengo mi departamento, ahí está acondicionado”.
Según un diagnóstico que elaboró Talavera, se estima que alrededor de 30 por ciento de las personas solicitantes o en condición de refugio cuentan con una carrera profesional. Y señaló que actualmente, del total de más de medio millar de personas consultadas, entre 50 y 60 por ciento se emplean en la construcción, comercio, sector administrativo y de alimentos.
El titular de Casa Refugiados informó que de los migrantes que acuden a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados alrededor de 70 por ciento se queda en la informalidad.