Berlín. El insomnio que padecía el papa Benedicto XVI fue el “motivo central” de su renuncia en 2013, reveló él mismo en una carta enviada a su biógrafo Peter Seewald y que fue difundida por la revista alemana Focus.
El Papa emérito, fallecido el 31 de diciembre a los 95 años, dio a conocer en la misiva que recurría a somníferos recetados, pero que éstos le causaron un accidente durante su viaje a México y Cuba en 2012, ocasión en la que despertó y descubrió que había sangrado, pero no podía recordar lo ocurrido.