En 2024 no se podrán producir los 16 millones de toneladas del maíz amarillo –en gran parte transgénico– que demanda el sector pecuario, por lo que seguirán las importaciones, a pesar de que hay avances en el incremento de la producción del grano; tampoco se alcanzará a revertir el abandono del campo que dejaron los gobiernos pasados, sostuvo Víctor Suárez, subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
“Se avanzará significativamente pero no se logrará la sustitución; esto lo deberá abordar la nueva administración”, indicó en conferencia de prensa virtual, al precisar que con el programa de Producción para el Bienestar hasta 2022 estaban incluidos 1.5 millones de productores de maíz que siembran en 4 millones de hectáreas, los cuales tuvieron aumentos en la producción de 500 kilogramos por hectárea. Produjeron en promedio entre 8.5 y 9 millones de toneladas, y para este año se prevé que crecerá la producción en 1.5 millones de toneladas, para terminar con una producción de 12 millones. Del total de la producción nacional de maíz, que es de alrededor de 27 millones de toneladas, los agricultores que forman parte del programa de Producción para el Bienestar, aportan 35 por ciento, mencionó.
Se comprueba que con apoyo directo y la validación del trabajo con el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología los rendimientos de maíz se elevarán en 500 kilogramos por hectárea en las 4 millones de hectáreas, para un incremento de entre uno y 1.5 millones de toneladas más de maíz, agregó. Aunque el programa ha dejado mejores resultados en el centro y sur del país, donde la producción ha pasado de 3.4 toneladas por hectárea a 5.2 toneladas.
Respecto del frijol dijo que el volumen de producción es de 600 mil toneladas; en 2022 hubo una fuerte sequía, la superficie se redujo y los rendimientos también.
Precisó que con el gobierno actual buscaron revertir las políticas de importaciones y alcanzar la autosuficiencia alimentaria; destacó que el programa ha elevado su presupuesto de 9 mil millones de pesos, en 2019, a 15 mil 506 millones, este año. Pasó de apoyar granos básicos, café y caña de azúcar, a sumar cacao, miel, leche y nopal, para un total de 2 millones de productores que poseen hasta 20 hectáreas.
Sostuvo que en cuatro años el programa ha revertido las distorsiones que generaba ProAgro y Procampo que “eran programas de subsidios para la desigualdad, ahora se cierran las brechas de desigualdad, concentrándose en pequeños productores y estados del sur sureste del país”.