Por acuerdo unánime de sus 11 consejeros, el Instituto Nacional Electoral (INE) impugnará la reciente reforma en la materia, conocida como plan B, al advertir que los cambios provocarán conflictos poselectorales en 2024 y se “dinamitará” el sistema democrático.
En sesión extraordinaria, el consejero presidente, Lorenzo Córdova, señaló que frente a la puesta en vigor de las modificaciones, “todas y todos debemos prepararnos para vivir en 2024 semanas de conflicto”, a consecuencia de inequidad en las campañas e incertidumbre en los resultados, “con todo y lo que ello implica en materia de gobernabilidad democrática y paz pública”.
Al analizar el informe del INE sobre el paquete de reformas en seis leyes relacionadas con el sistema electoral, los consejeros acordaron emprender acciones legales –a través de la secretaría ejecutiva del organismo– en contra de los cambios aprobados en diciembre pasado por la mayoría integrada por Morena y sus aliados.
Si bien el proceso legislativo concluirá en febrero próximo, desde ahora el INE alista las impugnaciones al más alto nivel.
“La (Suprema) Corte tendrá la responsabilidad de salvar la democracia y la estabilidad política de este país”, señaló Córdova.
Largo debate
Desde el inicio de la prolongada sesión se dieron los primeros escarceos, cuando el representante de Morena ante el INE, Mario Llergo, pidió sacar del orden del día el citado informe, al argumentar que todavía no es un asunto concluido en el Legislativo.
Córdova no admitió la propuesta y, al contrario, pasó el tema del punto 16 al primero de la sesión.
Luego vinieron las exposiciones de los consejeros y representantes de partidos de oposición. Todos dijeron, con matices, que el plan B es regresivo, “destaza al sistema electoral, lo dinamita, lo hiere, lo mutila…”
El resumen que dará pie a la estrategia opositora fue delineado por el secretario ejecutivo, Edmundo Jacobo. Señaló que la enmienda compromete la autonomía del INE, merma la estructura territorial de los órganos ejecutivos en las entidades y distritos y deteriora los procesos de capacitación y organización electoral, que hacen posible el voto libre y el cómputo efectivo y eficiente.
La reforma, abundó el funcionario, pone también en predicamento al modelo de fiscalización electoral y en situación de peligro los datos personales de millones de ciudadanos; desconoce los derechos laborales del personal del instituto; quebranta el sistema federal y afecta a los más desfavorecidos y discriminados.
Réplica morenista
Después de 14 oradores, entre consejeros y representantes partidistas, todos en la misma tesitura, llegó el turno de Llergo. Dijo que el plan B, impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, ha sido todo un éxito, porque permitió a los ciudadanos conocer los excesos y privilegios de los organismos electorales, así como los “dispendios de la burocracia dorada”.
Además, subrayó, la reforma permitió que “se quitaran las máscaras” los consejeros que se pregonan como autónomos o independientes, pero en realidad arengan en la defensa de élites políticas y empresariales de México y del extranjero.
Mencionó a dos, Córdova y Ciro Murayama, autores del libro La democracia no se toca, de reciente aparición, quienes “sostienen que la democracia no está en el ADN de los mexicanos”, dijo el morenista, citando al diario El País.
Llergo añadió de inmediato que el informe del INE se suma a “los panfletos institucionales” que utilizan calumnias para desacreditar la reforma, a partir de “acusaciones inverosímiles” y tratando de inculcar miedo en los trabajadores, con la afirmación de que la reforma elimina 80 por ciento de los puestos del servicio profesional electoral.
Lo que quiere el pueblo, añadió, es tener una democracia más austera y recuperar su autoridad y voz.
Luego de recordar que en abril se van cuatro de los 11 consejeros, espetó frente a los integrantes de la ‘herradura de la democracia’: “Como diría un clásico popular entre los jóvenes, ya chole con tantas mentiras”.