Madrid. El misterio de las “cartas deflagrantes” finalmente se resolvió. La policía española detuvo ayer en la localidad de Miranda de Ebro, en la provincia de Burgos, a un jubilado de 74 años, autor material e intelectual de los envíos de los paquetes explosivos de noviembre pasado, que fueron recibidos en la presidencia del gobierno español, en las embajadas de Ucrania y Estados Unidos en España, en el ministerio de Defensa y en una empresa en Zaragoza que fabricó parte del material bélico que Madrid envió a Kiev.
El operativo también desarmó la teoría que defendió esta semana el periódico New York Times, que atribuyó las cartas a “los servicios secretos rusos”.
En noviembre pasado se recibieron en las sedes de las instituciones señaladas varias cartas “deflagrantes”, de fabricación casera con un pequeño dispositivo explosivo. Una de ellas causó un herido leve en la embajada de Ucrania, mientras el resto fueron detectadas por los servicios de seguridad.
La investigación policial concluyó que los envíos se hicieron desde Burgos y que todas las cartas las confeccionó y remitió el jubilado detenido. Una de las claves para su localización fue el sello que utilizó en todos los envíos, así como el material pirotécnico que empleó para la detonación.