En una sesión donde fue criticada acremente por la oposición, que le reclamó su pérdida de autonomía, la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, informó que presentará al Congreso una propuesta de reforma que enviará para convertir esa instancia en “defensoría del pueblo” y otorgarle mecanismos de obligatoriedad de sus recomendaciones.
Al presentar ayer su informe 2022, agregó que se trata de una iniciativa que permita “superar el esquema neoliberal que heredamos”, que haría de la CNDH una “procuraduría de los pobres”, y permitiría no dejar al arbitrio de las autoridades el respeto a los derechos humanos y la reparación del daño, que no se puede cumplir por falta de presupuesto.
Aceptó que ya existe un programa de derechos humanos, que tiene como objetivo mejorar la capacidad de gestión y respuesta de la autoridad federal, pero “el problema está en las instancias locales, que se niegan” a acatar las recomendaciones.
Las críticas, que oscilaron desde calificarla como “un cero a la izquierda” a “triste apéndice del poder” que le endilgaron priístas y panistas, no fueron respondidas por Piedra Ibarra, aun cuando se le concedieron 10 minutos de cierre. La titular de la CNDH se limitó a leer un mensaje que llevaba escrito.
La única defensa de Morena provino de la diputada Érika Vanesa del Castillo, pues incluso el senador guinda Elí Cervantes le pidió “posturas más contundentes que representen el sentir de las víctimas” de derechos. Le dijo que “el pueblo espera más de la presidenta” de la comisión.
En tribuna, Del Castillo expuso que entre Piedra Ibarra y sus antecesores, desde Jorge Carpizo hasta Luis Raúl González Pérez, hay “claras diferencias.
Tras hacer un recuento de las masacres, desapariciones, violaciones a derechos humanos y actos de tortura entre 1990, cuando Carpizo asumió la CNDH, hasta 2019 cuando concluyó González Pérez, la diputada expresó que “la compañera Rosario Piedra no surgió de los edificios lúgubres de la PGR o de Gobernación, sino es producto de las luchas históricas contra todos ustedes que representan décadas de silencio, omisión y matanzas”.
Deuda del Ejército
Piedra Ibarra sostuvo que, bajo su conducción, la CNDH se convirtió en “un órgano verdaderamente autónomo, no porque lanza discursos contra el poder, aunque a trasmano negocie con él, sino porque atiende a las víctimas”.
Afirmó que se han defendido los derechos de las víctimas de la llamada guerra sucia, al coadyuvar con la Comisión de la Verdad, y definió que se trata de un episodio que representa “una deuda que el Ejército y cuerpos policiales del pasado les deben no sólo a las víctimas sino a todo pueblo de México”.
Se trata de saber quiénes cometieron las desapariciones en las décadas de 1960 y 1970, y “no podemos seguir aplazando la justicia a quienes por décadas la han esperado”.
Aunque la oposición le reclamó su intromisión en la agenda electoral, Piedra Ibarra insistió en su postura de que el país requiere “elecciones libres y confiables” y que con su recomendación 46/2022 “no hubo violación a la ley”.