Tel Aviv., Unos mil empleados del sector tecnológico, un motor importante de la economía de Israel, protestaron ayer con bloqueos de calles en diversas ciudades del país en protesta por los polémicos planes del gobierno ultraderechista de reformar el sistema judicial, lo que, según los manifestantes, amenaza la democracia.
“El Tribunal Supremo de Justicia nos protege a todos”, coreaban algunos manifestantes y se leían pancartas que decían: “Sin democracia, no hay alta tecnología. Incluso sin ChatGPT, sabemos que es un error”, en referencia a la herramienta de inteligencia artificial.
Decenas de empresas y organizaciones israelíes concedieron permisos para que sus trabajadores asistieran a las manifestaciones en todo el país.
La reforma planificada por la nueva coalición de gobierno de extrema derecha del primer ministro Benjamin Netanyahu ha provocado intensas críticas y protestas masivas semanales.
El gobierno propone reformas destinadas a restarle prerrogativas al sistema judicial en beneficio del escalafón político.
Motor económico
El sector israelí de alta tecnología representa una gran parte de las exportaciones del país, por lo que muchos manifestantes aluden a las repercusiones que podría tener la reforma que se pretende imponer en el sistema judicial, informó el diario Haaretz.
El ministro de Justicia de Israel, Yariv Levin, tiene el objetivo de reorganizar el Poder Judicial al limitar de forma considerable las competencias de revisión del Tribunal Superior de Justicia además de asegurar el control del poder político sobre el nombramiento de los jueces.
Asimismo, un grupo de manifestantes protestó ante el domicilio de la presidenta del Tribunal Supremo de Israel, Esther Hayut, informó el diario The Times of Israel. Durante la jornada, se registraron además movilizaciones de trabajadores del sector tecnológico frente a uno de los principales centros industriales de Tel Aviv, muy cerca del Ministerio de Defensa.
Más de 100 mil personas salieron el domingo a las calles de esta capital y otras ciudades para protestar por tercer fin de semana consecutivo contra el gobierno.