Berlín. Cinco ultraderechistas alemanes sospechosos de haber tratado de organizar el secuestro del ministro de Salud y el derrocamiento del gobierno fueron imputados por el delito de “traición,” anunció ayer la fiscalía.

El grupo, formado por cuatro hombres y una mujer, se creó hace un año con el objetivo de “generar violencia, crear condiciones para una guerra civil en Alemania y provocar la caída del gobierno y de la democracia”, detalló la fiscalía encargada de asuntos de terrorismo, en un comunicado.

Las cinco personas fueron detenidas entre abril y octubre del año pasado y enfrentan cargos que van desde la fundación de un grupo terrorista nacional hasta la preparación de un acto de traición y la violación de la legislación sobre armas, según la fiscalía.

Para llevar a cabo sus planes, el grupo aceptó que podía haber muertos y la mujer, Elisabeth R, influyó en la ideología de los miembros, convencidos de que el Estado moderno alemán no es legítimo, añadió.

En su lugar, afirmaban que el imperio alemán del siglo XIX debía ser el verdadero sistema de gobierno del país y que era necesario restablecer un orden autoritario.

El grupo constaba de una “rama militar” y otra “administrativa” y habría preparado un plan en tres fases para derrocar al gobierno.

La primera era el sabotaje a las instalaciones eléctricas para provocar un “apagón”.

A continuación, el grupo debía secuestrar al ministro de Salud, Karl Lauterbach, tras haber asesinado a sus guardaespaldas.

Finalmente, estas acciones debían crear las condiciones de una “guerra civil” y el nombramiento de un nuevo dirigente.

Las creencias del grupo coinciden con las de otro movimiento de extrema derecha llamado Reichsbürger (Ciudadanos del Reich), que rechaza las instituciones democráticas. El grupo ha atraído a un número creciente de seguidores.

Las autoridades alemanas han clasificado en los últimos años la violencia de extrema derecha como la principal amenaza al orden público, por encima del yihadismo.

En diciembre, la justicia anunció haber frustrado los planes de otro grupúsculo de extrema derecha que planeaba atacar las instituciones democráticas, incluido el Parlamento.