El grado de reducción en la tasa de inflación (desinflación) en México se verá afectado negativamente por el hecho de que el gobierno federal otorgó fuertes subsidios a la gasolina, por lo que es probable que este componente retroceda más lentamente que en otros países que no contaban con estas subvenciones, prevé Rafael de la Fuente, economista en jefe para América Latina de UBS.
En el estudio Cómo prepararse para la desinflación, el especialista de la firma explicó que a medida que los shocks (perturbaciones externas en los precios de los alimentos y la energía; así como a la interrupción de las líneas de suministro mundiales) se disipen y las condiciones se normalicen, espera que la inflación caiga marcadamente en el país.
“Es cierto que el grado de desinflación en México se verá afectado negativamente por el hecho de que el gobierno subsidió fuertemente los precios de la gasolina; a medida que aumentaban los precios internacionales, por lo que este componente probablemente disminuirá más lentamente que en otros países que no tenían tales subsidios”.
Aun así, esperamos que la inflación caiga bruscamente el próximo año, con la inflación general y la subyacente para terminar el año en 4.2 por ciento, ligeramente por encima de la banda objetivo del Banco de México de 3 por ciento +/- un punto porcentual.
La inflación general alcanzó su punto máximo en septiembre de 2022, con 8.7 por ciento y desde entonces ha caído a 7.82 por ciento. Sin embargo, la inflación subyacente sigue aumentando y ahora se sitúa en un máximo de 22 años de 8.5 por ciento.
“Vemos razones para ser optimistas. La inflación de las mercancías no alimentarias está aumentando sólo marginalmente ahora y pronto debería reflejar la mejora en las cadenas de suministro mundiales.”
Los precios de los alimentos procesados siguen aumentando rápidamente, pero De la Fuente sugiere, con base en el estudio, que este componente de la inflación subyacente tiende a reflejar las perturbaciones de los precios mundiales de los alimentos con un retraso prolongado de nueve a 12 meses, lo que implica que el impacto del inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia pronto se disipará.