A principios del siglo XX, en un ambiente histórico complejo se desarrolla la obra La casa de Bernarda Alba, en la que el personaje principal tiene una “fuerza tremenda”, entre la tiranía y la represión.
La obra, que ha sido montada alrededor del mundo, es en esta versión una experiencia íntima e inmersiva, en la que el público ingresa a la casa como un invitado que tiene la oportunidad de disfrutar de sabores, aromas y texturas; incluidos sonidos y música que recrean diversas atmósferas.
Se trata de la última obra del dramaturgo español Federico García Lorca, integrante de la Generación del 27 y fusilado por el régimen franquista en 1936. Es dirigida por José López y reiniciará temporada el 3 de febrero en el Aula Magna del Instituto Cultural Helénico, lugar propicio y mágico para esta puesta en escena.
Luto asfixiante
En la trama, Bernarda, una viuda, somete a sus cinco hijas a un luto asfixiante tras la muerte de su segundo esposo. Con esa pérdida se va la libertad y la vida se vuelve abrumadora. “Las paredes no detendrán las desgracias que caerán sobre la familia. Los instintos, la moral, la religión y las pasiones irán tejiendo una trama inesperada en la que el público podrá verse envuelto”, explicó Martha Tron, quien encarna a esa mujer que ejerce una represión física y social en esa familia.
Este personaje, afirmó Tron, “finalmente es resultado de la presión externa; hay un momento en que Bernarda dice: ‘tendré que alzarles la mano y recuerda que ésta es su obligación’, pero eso le pesa mucho; sin embargo, no puede mostrar debilidad; las hijas –la mayor tiene 39 años y la menor de 20–, no han tenido novio, su mayor contacto social es asistir a la iglesia y ver a la gente” sólo en eso.
Prosiguió: “Aparece un personaje, Pepe el Romano, que no se ve jamás, pero siempre se habla de él; y es quien desata los conflictos que se generan en la casa, donde había reglas establecidas y parecía que todo funcionaba en orden”.
García Lorca, “además de que utiliza un lenguaje poético bellísimo, nada coloca al azar; es decir, el nombre de cada personaje tiene mucha información que ofrecer. En el caso de Bernarda, podría ser algo como la fuerza misma, además de los otros como Angustias, Martirio, Magdalena, Amelia y Adela, incluso La Poncia y Prudencia tienen algo significativo en sus nombres, no hay nada casual”.
El autor “crea una familia con altibajos, donde el drama, la pasión y los instintos son sólo tres palabras que pueden definir esta obra”, la cual fue la última del dramaturgo español, terminada justo en 1936.
En realidad, describió la actriz, “los espectadores no tienen un minuto de descanso, se divierten; la representación es muy ágil y se les pasa rápido el tiempo, la hora 40 minutos. Podría pensarse que es una adaptación de la obra, pero resulta que está tal cual lo escribió García Lorca y el público se compenetra con ese lenguaje poético”.
El elenco, que también alternará funciones, está integrado por Martha Tron, Alexandrina Carballido, Adriana De la O, Cintia Torres, Lety Evia, Fátima López, Sophie Rangel, Itzel Soto, Julieta Manjarrez, Erika Ward, Mariana Ramos, Maru Estrada, Daniela Yepez, Jimena Manjarrez, Ana Lucía Tron, Melissa Corral, Francisco Mar Olascoaga y José López.
La casa de Bernarda Alba se presentará los viernes a las 20 horas, sábados a las 18 y 20, y domingos a las 18 horas, en el Aula Magna del Instituto Cultural Helénico, ubicado en avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn, Álvaro Obregón, cerca de la estación Altavista del Metrobús, del 3 de febrero al 26 de marzo.