En el país “las mujeres no están facturando tanto” debido a una serie de barreras relacionadas con el acceso a los trabajos, la permanencia y su crecimiento profesional en éstos, señaló Ana Carolina Maldonado, directora de igualdad para mujeres y hombres en la vida económica del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres).
En el pódcast ¿Y sí facturan las mujeres? Las mexicanas en el mercado laboral –en alusión a la canción de Shakira y Bizarrap–, agregó que lo anterior está ligado a la “conciliación entre la vida laboral, familiar y personal de las mujeres”.
Lamentó que prevalezcan “normas sociales” que afectan al género. “En ciertos lugares de México, todavía hay maridos que no permiten que las mujeres trabajen o que tengan alguna iniciativa económica, y hay prácticas de discriminación, que aunque son ilegales, se siguen danto en los centros de trabajo”.
Entre ellas que pidan una prueba de embarazo para contratarte o te hagan preguntas sobre tu vida personal: si deseas tener hijos, o que las decisiones de una carrera profesional se lleven a cabo en espacios que no laborables, es decir, cuando los hombres salen a tomar una cerveza después del trabajo, y que se decida por motivos que ver más con esas relaciones y menos con el desempeño.
La maestra en género y desarrollo expuso que debido a esas y otras situaciones, el sector femenino “todavía está en una situación complicada laboral y económicamente”. En el país poco más de 48 por ciento de las mujeres entre 15 y 64 años trabajan de manera remunerada, en comparación con 78 por ciento de los hombres y ellas tienen menos ingreso, incluso por igual trabajo, brecha acentuada entre funcionarias y directivas.
Las diferencias en sueldo en diversos rubros oscilan entre 12 y 14 por ciento menos para ellas.
La investigadora indicó que, pese a los avances en igualdad, “para los hombres nunca es un obstáculo laboral” su vida personal. “En un trabajo a ellos no les preguntan si tener hijos va a interrumpir su carre-ra o cómo van a hacer para conciliar el cuidado de los hijos y estar en la oficina, mientras para las mujeres es una de las principales barreras”.
Es indispensable incrementar el acceso de las mujeres al mercado de trabajo, lo cual se afectó con la pandemia, y que ello sea en condiciones equitativas, así como garantizar salarios justos para el sector, a fin de que la autonomía económica de las mujeres sea una realidad.