Los Leopard 2, que el presidente ucranio, Volodymir Zelenky, insistentemente reclama, son considerados los tanques más poderosos de Europa, sólo inferiores a los Abrams estadunidenses, que Washington no ha ofrecido a Ucrania, pese a su apoyo incondicional a esta nación invadida.
El carro alemán de guerra combina potencia de fuego, movilidad y protección. Pesa 60 toneladas y está dotado de un cañón de calibre 120 milímetros. Puede disparar en movimiento y su motor de mil 500 caballos de fuerza le permite una velocidad máxima de 70 kilómetros por hora.
Está dotado, además, de “protección pasiva integral”, eficaz contra las minas y los lanzacohetes, así como de sistemas que permiten localizar y atacar al enemigo a larga distancia. Como está muy extendido en Europa, hay fácil acceso a municiones y refacciones.
Fuentes militares ucranias consideran que estos vehículos avanzarían sin problemas para recuperar los territorios bajo control de Rusia. Casi todos los países europeos tienen Leopards, y muchos quieren mandarlos a Ucrania, pero cada uno tiene un modelo distinto, lo que implicaría un problema de formación y logística para la república eslava, según el ex inspector del ejército alemán Bruno Kasdorf.