Davos. La situación económica mundial “no es tan grave como temíamos hace dos meses”, pese a los nubarrones que siguen amenazándola, dijo la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, en un debate sobre las perspectivas económicas internacionales en el Foro Económico Mundial (FEM), que terminó este viernes.
La economía mundial “es menos mala” de lo que se preveía, gracias a una mejor evolución de la inflación, la reapertura de China y la fortaleza mostrada por los mercados laborales. “Pero que sea menos mala no supone que sea buena”, aclaró.
La reunión del FEM de 2023 se realizó con el tema “Cooperación en un mundo fragmentado” y tiene lugar en un contexto de retos globales sin precedente, entre ellos la elevada inflación, la crisis energética, el cambio climático y los conflictos geopolíticos.
Georgieva indicó que hay que tener precauciones porque aún no está claro cuánto bajará la inflación y cuánto del crecimiento de China se traducirá en mayor presión sobre los precios del petróleo y el gas, mientras la guerra en Ucrania “representa un riesgo tremendo para la confianza, especialmente en Europa”.
Dejó ver que después de bajar sus previsiones económicas en tres ocasiones durante el año pasado, el FMI no prevé más ajustes, “por lo que no rebajarlas ya es una buena noticia”, indicó. La institución, con sede en Washington, prevé un crecimiento de 2.7 por ciento este año, y dará a conocer nuevas previsiones en los próximos días.
Diversas personalidades del mundo económico reunidas esta semana en el foro de Davos destacaron las buenas señales de las últimas semanas en la economía mundial. El jueves la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, pronosticó que 2023 sería “mucho mejor” de lo que se esperaba.
En Europa, donde se temía que en invierno se viera muy afectado por la crisis energética, la economía parece tener menos dificultades, en parte gracias a un clima más benigno, que aleja el riesgo de interrupciones del suministro y de subida de los precios de la energía.
En este contexto, Alemania, el motor de la economía europea, podría salir de la recesión, afirmó el martes el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz.
La otra buena sorpresa procede de China, la segunda mayor economía mundial, que ha abandonado su política de “cero covid” y levantado las estrictas restricciones sanitarias, que estuvieron en vigor tres años y que podrían dar paso a un repunte de la economía en 2023.
A pesar de este optimismo en los Alpes suizos, sigue habiendo muchos motivos de preocupación. El repunte chino podría verse afectado por la inflación, porque es probable que la demanda en el país se dispare con la reapertura de la economía.
En Europa, la inflación sigue siendo “demasiado alta”, reconoció Lagarde. Más inflación significará más subidas de las tasas de interés por parte de los bancos centrales, lo que es una mala noticia para la economía.
En su discurso de clausura de la reunión anual en Davos, el presidente del FEM, Borge Brende, señaló que evitar una recesión y construir una sólida agenda de crecimiento será fundamental para evitar la fragmentación de la economía mundial.