Tula de Allende, Hgo., Bajo un montículo de tierra, piedras y nopales, a unos 70 metros de postes amarillos que indican la existencia en el subsuelo de oleoductos provenientes de la refinería Miguel Hidalgo, hay una toma clandestina de combustible que presuntamente regentea la banda de huachicoleros de El Doctor y su padre, El Bombón o El Verdugo.
En el desolado paraje no hay viviendas. Para llegar es necesario conducir por el camino de terracería conocido como Los Tubos Volados –llamado así porque cerca hay tubería abandonada, supuestamente de Petróleos Mexicanos (Pemex)– en los límites entre Bomintzha, municipio de Tula, y el de Atotonilco de Tula.
De ese camino parten algunas veredas hacia el paraje de escasa vegetación. “Esos caminos secundarios los han hecho los mismos huachicoleros para llegar a las tomas que tienen ocultas”, explicó el joven que condujo a La Jornada hasta donde se ubica la perforación en la tubería.
Otros “hoyos” se encuentran en un camino ubicado en la zona urbana de Bominthza, por cuyo subsuelo pasa un ducto de Pemex, a un costado del Colegio de Bachilleres y a menos de 100 metros del panteón municipal.
En la localidad, el robo de combustible ha generado nuevos y muy bien remunerados “oficios”, como el de los “picadores”, desempeñado, según el lugareño, por trabajadores de Pemex jubilados o en activo que cobran 50 mil pesos por perforar tubos o por ayudar a los saqueadores a conectar las mangueras en las tomas ya abiertas cada vez que se realiza una extracción.
También operan los halcones o informantes, la mayoría jóvenes motociclistas no mayores de 25 años de edad cuyos sueldos llegan hasta 7 mil pesos quincenales; se les identifica por tener radios de comunicación al cinto.
En el recorrido por Bomintzha, en un punto cercano al enrejado perimetral de la refinería de Tula, un vecino explica: “Aquí es donde colocan la pipa conectada a una manguera con la que extraen la gasolina desde la toma”.
La entrada a una de las veredas que conduce a la toma estaba bloqueada con piedras, nopales y troncos. Aunque cualquiera puede fácilmente franquear esa barrera, los lugareños señalan que se trata más bien de una advertencia de los ladrones a los pobladores para que no se acerquen.
“Todo mundo sabe dónde están los hoyos de donde llenan sus pipas, pero nadie, ninguna autoridad hace nada en su contra ni nadie los denuncia porque están coludidos”, relató otro de los residentes, quien al igual que el resto de los entrevistados pidió anonimato.
Algunos miembros de las células que integran la banda de El Doctor presumen en sus perfiles de Facebook las fotografías de sus armas o del momento en que extraen el combustible de las tomas clandestinas, así como corridos que enaltecen al jefe de esa organización delincuencial.
En ese lugar, la madrugada del 4 de mayo de 2017 elementos de la policía estatal fueron rodeados por huachicoleros a bordo de varios vehículos; los criminales les dispararon. Tras varios minutos de balazos, los agentes repelieron la agresión, sin que ninguno resultara muerto o lesionado.
Una patrulla recibió cuatro impactos de armas de alto poder. Los policías habían acudido a Bomintzha a atender un reporte anónimo sobre la presencia de sujetos dedicados al robo de combustible.
En aquella ocasión, minutos después de que la Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo reportó a la base de operaciones mixtas –integrada por policías estatales y municipales, así como por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional– arribaron los militares en apoyo al personal.
De dentista a criminal
Los pobladores de Bomintzha aseguran que El Doctor, uno de los principales jefes de saqueadores de ductos de la localidad, es dentista de profesión y supuestamente se ha enriquecido en los cinco años recientes mediante el robo y venta de combustible y con la renta de tomas clandestinas a otras bandas delictivas.
Según los vecinos, El Doctor vive en una lujosa residencia ubicada en el centro del pueblo y posee varios autos de lujo, entre ellos una camioneta pick-up Ford Raptor.
Su padre, El Bombón o El Verdugo, es uno de sus lugartenientes. Se encarga de organizar a grupos de ladrones de combustible conocidos como Los Perras, Los Bucos y Los Pardos, entre otros.
Aunque el saqueo de ductos se comete a cualquier hora del día, “a partir de las 11 de la noche se comienzan a escuchar detonaciones de cohetes, como si se tratara de la fiesta patronal del pueblo”, relató una mujer que vive cerca del centro de la demarcación.
Esas explosiones, además de servir a los delincuentes para comunicarse, son una advertencia a los lugareños para que se abstengan de salir de sus viviendas, un no declarado pero evidente toque de queda.
“En cuanto comienzan los estallidos se escuchan ruidos de las motos de los halcones que mandan para ver si hay alguna operación de policías federales, estatales o pistaches, como llaman a los elementos de Seguridad Física de Pemex”. Luego se escuchan los motores de las pipas.
En Bomintzha circulan corridos supuestamente compuestos por órdenes de El Doctor, los cuales son ampliamente difundidos por WhatsApp para generar miedo entre la gente de Bomintzha y los poblados aledaños.
“Me han visto en los cerros, paseando en las trocas; un radio en la mano, pistola a mi lado, bien puestas las botas extraigo el tubito que le robo a Pemex. Los que con mujeres empiezan a gozar, no falta el alcohol, siempre andarán al millón, de los especiales no hay preocupación, pues existe un árbol que da mucha sombra y le dicen Doctor”, es parte de la letra de uno de las composiciones.
En otra parte se menciona a algunos gatilleros al servicio de El Doctor y se narra la supuesta ejecución de un integrante de una banda rival: “Llegó el compa Pardo; atrás viene El Rino; el miedo no existe, pues nunca me falla el compa Coralillo, ya llegó El Gusano, pero lo atoramos, pues mis halconcitos dieron el pitazo y lo rafagueamos”.
Otra composición, a ritmo de hip-hop, dice: “Contamos con el tiro siempre al tiro, con el compa Wini también El Coralillo, gente con huevos que la neta nunca falla; pum, pum, pum. Y que truene la metralla, por todo esto estoy agradecido al Doctor porque he crecido”.