En Tigres, las aspiraciones de ser campeón influyen de manera positiva en el ánimo de sus jugadores. Puede ocurrir que a un equipo lo sorprenda en los primeros minutos, como lo hizo anoche el Pachuca en el estadio Universitario, pero la ilusión de los felinos parece estar concentrada en un optimismo de acero, capaz de revertir marcadores. En el cierre de la segunda fecha de la Liga Mx, el equipo de Diego Cocca mostró el aplomo que da la experiencia para vencer 4-1 al campeón defensor del torneo.
Sin reparar en la ausencia de su goleador Nicolás Ibáñez, quien será transferido al cuadro regiomontano y quedó fuera de la nómina de elementos disponibles para este encuentro, los hidalguenses tuvieron un comportamiento ejemplar. Frente a un grupo de brillantes veteranos liderado por André-Pierre Gignac, el entusiasmo de Javier Eduardo Chofis López fortaleció su estilo y le dio la ventaja con un cabezazo en el área chica (minuto 9).
Los Tuzos, acostumbrados a vivir de lo colectivo y no de las individualidades, resistieron por algunos momentos la reacción de los felinos con alma, corazón y carácter. Sin embargo, cuando Gignac tomó la batuta, no hubo poder que pudiera frenar la remontada felina. El empate nació de los pies de Rafael Carioca, quien, dotado con una gran técnica individual, envió un centro por el costado izquierdo para el remate de Fernando Gorriarán al pri-mer poste de Óscar Ustari (32).
En medio de un ambiente de fiesta, los miles de aficionados que se dieron cita en el Volcán le hicieron saber a Tigres que había tiempo para buscar la victoria. Mientras los Tuzos activaban su plan de repliegue, Gignac advirtió que lo mejor de su equipo estaba por llegar en el segundo tiempo. Y así fue. Bastaron un par de jugadas para que el francés, asistido por un servicio exquisito del joven Jesús Ángel Garza, diera vuelta a los cartones con un remate de derecha (55).
El 2-1 pareció suficiente, pero, para poner en jaque a un equipo como el Pachuca, los felinos entendieron que era necesario un tercer tanto. En esa tarea fue determinante la aparición de Gorriarán, cuya velocidad y persistencia provocó un error defensivo de Kevin Álvarez y dejó en bandeja la anotación del colombiano Luis Quiñones cerca del final (80). El espectáculo ofensivo, sin embargo, no terminó ahí.
Con la defensa de los Tuzos en pleno desorden, Gignac encontró un espacio inmejorable para avanzar con la pelota varios metros, provocar la salida de Ustari y ceder de última hora el esférico a Quiñones, autor de un doblete en el 4-1 (87). Desconsolado en el banquillo, el uruguayo Guillermo Almada decidió que era el momento de cerrar el círculo para evitar un dolor todavía más profundo.
Pocos rivales como Tigres han hecho que el vigente campeón de la Liga Mx bese la lona. Lo de anoche fue apenas el inicio de una temporada en la que los felinos, reforzados con el campeón goleador Nico Ibáñez y el bicampeón Diego Cocca como técnico, pretenden conquistar una nueva corona.