París. El gobierno de Irán informó ayer de la ejecución en la horca del ciudadano iraní-británico Alireza Akbari, de 61 años, quien fue viceministro de Defensa de la república islámica, por espiar para los servicios de inteligencia británicos, un acto que fue rechazado por Gran Bretaña, Alemania y Francia.
Akbari, un estrecho aliado del máximo responsable de la seguridad iraní, Ali Shamkhani, fue condenado por “corrupción en la Tierra y por atentar contra la seguridad interior y exterior del país por pasar información de inteligencia” a Gran Bretaña, indicó la agencia oficial iraní de información judicial Mizan Online.
La ejecución se realizó tres días después del anuncio de la sentencia. Según las autoridades de la república islámica, Akbari era un “espía clave” del Servicio de Inteligencia Secreto británico, más conocido como MI6.
En un amplio comunicado, el Poder Judicial afirmó que el funcionario recibió grandes sumas de dinero, la ciudadanía británica y otras ayudas en Londres a cambio de su colaboración. En un audio supuestamente grabado por Akbari y difundido el miércoles pasado por la BBC persa, afirmaba que había confesado crímenes que no había cometido tras haber sido sometido a tortura.