Mientras en el país sigue el debate del uso de plaguicidas altamente peligrosos, entre ellos el glifosato, el gobierno acordó con las autoridades de Estados Unidos y Canadá “fortalecer sus regulaciones” para las sustancias de uso agrícola con un plan de trabajo sólido y coordinado, con base en el intercambio de información científica.
En el Senado quedaron en pausa las modificaciones a la Ley General de Salud para iniciar el retiro gradual de los plaguicidas altamente peligrosos y buscar sustitutos, además de que el decreto presidencial de diciembre de 2020 dio hasta 2024 para encontrar un remplazo para el glifosato y cancelar su uso.
En la reunión anual del Grupo de Trabajo Técnico Trilateral de América del Norte sobre Plaguicidas, autoridades regulatorias, exportadores, productores del sector agrícola y representantes de la industria consideraron que se deben fortalecer las medidas para su control.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural informó en un comunicado que los representantes de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos y la Agencia Reglamentaria de Control de Plagas de Canadá coincidieron en que el trabajo conjunto para la evaluación y el registro de plaguicidas debe anteponer la protección de la salud humana y el medio ambiente.
Por parte de México, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) planteó que el trabajo coordinado entre productores y autoridades debe enfocar el rumbo para el registro de plaguicidas eficientes, con base en información científica actualizada y puntual para una toma de decisión robusta y eficiente.
Resaltó que la colaboración entre el Senasica y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios es fundamental, ya que la decisión que tome un país puede tener efecto en los otros dos.