A pesar de que 5 mil millones de personas usan Internet, al menos un tercio de los habitantes del planeta siguen sin tener acceso a él, mientras muchos enfrentan dificultades con una conexión 3G irregular. A esto se suma que el costo de la conectividad ha aumentado en todo el planeta desde 2021, pues actualmente representa más de 2 por ciento del ingreso nacional bruto per cápita.
El Informe sobre la conectividad mundial de 2022 de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) de la Organización de Naciones Unidas destaca que pese a que 95 por ciento de la población mundial está dentro de una zona de banda ancha móvil, al menos 390 millones de personas no pueden conectarse a Internet.
Agrega que una de cada tres personas no tienen acceso a la red principalmente debido a los costos prohibitivos, la falta de un dispositivo, el desconocimiento o la carencia de competencias o propósito.
Los desafíos para garantizar conectividad universal y efectiva, destaca el informe, incluye atender los inconvenientes de la conectividad, como las vulneraciones de privacidad, la ciberdelincuencia, los contenidos perniciosos y el excesivo poder de las grandes empresas.
La UIT destaca que el mundo aún está lejos de alcanzar el uso de Internet universal y efectivo para todos, no sólo por la falta de infraestructura, accesibilidad, cobertura y costo, sino también por la asimetría en la calidad de acceso y conectividad.
El estudio identifica al menos cinco brechas de conectividad que deben superarse en la próxima década: la de ingresos, pues en países de renta baja el nivel de utilización de Internet (22 por ciento) es muy reducido comparado con la de naciones de renta alta (91 por ciento). Asimismo, la población conectada a la red en las ciudades duplica a la de las comunidades rurales.
Además, se suma la brecha de género, pues a escala mundial la proporción de hombres que usa Internet es de 62 por ciento, mientras para las mujeres es de 57 por ciento. La generacional, ya que los jóvenes de 15 a 24 años tienen conectividad de 71 por ciento, frente al 57 por ciento del resto de la población. Y finalmente, la educativa, pues el uso de la red se eleva entre la población con mayores niveles de instrucción.