Lima. Las protestas contra el gobierno de la presidenta Dina Boluarte, que ya dejan 47 muertos, se extendieron ayer en el sur de Perú, con nuevos enfrentamientos en la turística ciudad de Cusco, que tuvieron saldo de un muerto y 34 heridos, en momentos en que miles de personas se volcaron a las calles de la localidad de Juliaca para rendir homenaje a los 17 fallecidos esta semana, víctimas de la represión policial, en medio de bloqueos en 41 provincias.
En una nueva jornada de represión, un grupo de manifestantes, en su mayoría campesinos y jóvenes, intentó llegar al aeropuerto internacional Velasco Astete, en el distrito de Wanchaq, en el centro de Cusco, pero elementos de seguridad les impidieron avanzar, lo que desató un fuerte enfrentamiento. La policía lanzó gas lacrimógeno mientras la multitud les lanzaba piedras con hondas.
El enfrentamiento dejó 28 civiles y seis policías heridos, confirmó la Gerencia Regional de Salud de Cusco. Dos heridos fueron por proyectil de arma de fuego y uno por perdigón, informó la agencia noticiosa Ap. Uno de los lesionados tenía traumatismo encefalocraneano grave.
Al cierre de esta edición, la prensa peruana reportó la muerte de Remo Candia Guevara, de 50 años, quien recibió un impacto de bala de la policía.
Dos días después de vivir la jornada más violenta desde que comenzaron las protestas, miles de personas rindieron homenaje a los 17 civiles que murieron por disparos de la policía en la sureña localidad de Juliaca, Puno, y llevaron por las calles los ataúdes con sus restos al grito de: “la sangre derramada jamás será olvidada”.
En esa sureña región de Puno, fronteriza con Bolivia, la población hizo una pausa en las protestas que desde hace una semana no dan tregua, para despedir a sus “mártires”. Los féretros de color blanco y marrón fueron llevados en hombros por familiares y allegados hasta la Plaza de Armas. Cada uno lucía una fotografía y una bandera de Perú. “Dina me asesinó con balas”, se leía en el ataúd de Edgar Huaranca.
Ya son 47 fallecidos
El gobierno de Boluarte declaró antier duelo nacional laborable por los muertos en Puno, donde rigen tres días de toque de queda nocturno en un intento del gobierno por contener las protestas. Desde la destitución y arresto del ex presidente Pedro Castillo, cuando intentó disolver el Congreso el pasado 7 de diciembre, se han contabilizado 47 defunciones en las marchas.
Una misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se reunió con Boluarte, cuyo gabinete obtuvo el respaldo del Congreso en un voto de confianza antier. “Estaremos verificando la situación de derechos humanos, la idea es tener la escucha más amplia posible de todas las voces”, apuntó Edgar Stuardo Ralón, primer vicepresidente de la CIDH, cuya misión permanecerá hasta mañana.
Boluarte fue vicepresidenta hasta el 7 de diciembre pasado, cuando el Congreso destituyó a Castillo, maestro y ex líder sindical, quien es investigado por corrupción y cumple 18 meses de prisión preventiva por “rebelión”, cargos que rechaza.
La Defensoría del Pueblo reportó a las cinco de la tarde de ayer (hora local) movilizaciones y bloqueos de vías en 41 provincias, la mayoría de regiones del sur: Apurímac, Ayacucho, Arequipa, Cusco, Puno, Tacna, Madre de Dios, esta última en el sureste, en la selva. También por el centro, Lima y Huancavelica, y norte del país, Lambayeque y San Martín. La jornada contabilizó 72 puntos de bloqueo en vías nacionales.
En este contexto, Estados Unidos pidió “moderación” y reducir “al mínimo” el uso de la fuerza en las manifestaciones.