Jeff Beck, un virtuoso de la guitarra que empujó los límites del blues, el jazz y el rocanrol, influyendo así en generaciones de músicos en el camino y haciéndose conocido como “el guitarrista de los guitarristas”, murió a los 78 años.
Beck falleció el martes tras “de pronto contraer meningitis bacteriana”, dijeron sus representantes en un comunicado. El lugar no se dio a conocer.
La confirmación también apareció en la cuenta oficial de Twitter del guitarrista. “En nombre de su familia, es con gran y profunda tristeza que les compartimos el deceso de Jeff Beck. Después de contraer repentinamente una meningitis bacteriana, finalmente falleció pacíficamente ayer. Su familia pide privacidad con su proceso en esta tremenda pérdida”, publicaron con una fotografía del músico.
Otros roqueros pronto reaccionaron al anuncio. Figuras como Mick Jagger, Gene Simmons, Ozzy Osbourne y Dave Davies, de The Kinks, expresaron su pésame. “Jeff fue una gran persona y un ícono destacado, genio de la guitarra. Nunca habrá otro Jeff Beck”, escribió Tony Iommi, guitarrista de Black Sabbath en Twitter.
Beck saltó a la fama primero como miembro de los Yardbirds y después se dedicó por su cuenta a una carrera de solista en la que incorporó el hard rock, el jazz, el funk, e incluso la ópera. Era conocido por sus improvisaciones, su gusto por los armónicos y la palanca de trémolo de su guitarra favorita, la Fender Stratocaster.
“Jeff Beck es el mejor guitarrista del planeta”, le dijo Joe Perry, el principal guitarrista de Aerosmith, a The New York Times en 2010. “Él está cabeza, manos y pies por delante del resto de nosotros, con el tipo de talento que aparece sólo una vez cada una o dos generaciones”.
Beck estaba en el panteón de los guitarristas de rock junto a otros de los tardíos sesenta, incluyendo a Eric Clapton, Jimmy Page y Jimi Hendrix. El músico británico ganó ocho premios Grammy y fue elegido como miembro del Salón de la Fama del Rock and Roll dos veces (una con los Yardbirds, en 1992, y luego como solista, en 2009). También ocupó el lugar número cinco de la lista de los “100 guitarristas más grandes de todos los tiempos”, de la revista Rolling Stone.
También tocó la guitarra con vocalistas tan variados como Luciano Pavarotti, Macy Gray, Chrissie Hynde, Joss Stone, Imelda May, Cyndi Lauper, Wynonna Judd, Buddy Guy y Johnny Depp. Grabó dos discos con Rod Stewart (Truth y Beck-Ola) y uno con una orquesta de 64 piezas, el Emotion & Commotion.
“Me gusta un elemento de caos en la música. Ese sentimiento es lo mejor, mientras no sea en exceso. Tiene que estar en balance. Acabo de ver al Cirque du Soleil, y me impactó por ser un caos completamente organizado”, le dijo a Guitar World en 2014. “Si puedo convertir eso en música, no está tan lejos de lo que sería mi mayor meta, que es deleitar a la gente con caos y belleza al mismo tiempo”.
Otros puntos destacados de la carrera de Beck incluyen haber colaborado con el bajista Tim Bogert y el baterista Carmine Appice para crear el poderoso trío con el que se lanzó Beck, Bogert and Appice en 1973, las giras con Brian Wilson y Buddy Guy y el álbum tributo al guitarrista Les Paul, Rock ‘n’ Roll Party (Honoring Les Paul).
Geoffrey Arnold Beck nació en Surrey, Inglaterra, y acudió al Colegio de Arte de Wimbledon. Su padre era contador y su madre trabajaba en una fábrica de chocolate. De niño construyó él mismo su primer instrumento, utilizando una caja de habanos, el marco de un cuadro para el mástil y las cuerdas de un avión a control remoto.
Antes de estar en Yardbirds en 1965, había estado en algunas bandas (como Nightshift y The Tridents). Remplazó a Eric Clapton pero sólo un año más tarde cedió el puesto a Jimmy Page. Mientras estuvo en la banda, se crearon memorables canciones como Heart Full of Soul, I’m a Man y Shapes of Things.
El primer sencillo que hizo popular a Beck fue Beck’s Bolero, de 1967, en la que colaboró con los futuros miembros de Led Zeppelin, Jimmy Page y John Paul Jones, así como el futuro guitarrista de The Who, Keith Moon. The Jeff Beck Group –con Stewart cantando– fue programado para tocar en el festival de música Woodstock de 1969 pero su aparición fue cancelada. Después Beck dijo que había agitación en la banda.
“Podía ver el final del túnel”, le dijo a Rolling Stone en 2010.
Beck fue amigo de Hendrix y tocaron juntos. Antes de Jimi, la mayoría de los guitarristas de rock se concentraban en un estilo similar y en un vocabulario técnico, lo que Hendrix dinamitó.
“Él llegó y cambió todas las reglas en una sola noche”, le dijo Beck a Guitar World.
Beck hizo equipo con el legendario productor George Martin (también conocido como el quinto Beatle), para ayudarle a crear el clásico de jazz-fusion Blow by Blow y Wired. También colaboró con Seal en el tributo a Hendrix Stone Free, creó una banda de jazz-fusion liderada por el músico de sintetizador Jan Hammer y el guitarrista de rockabilly Cliff Gallup, con quienes lanzó el álbum Crazy Legs.
La guitarra de Beck se puede escuchar en el score de películas como Baile urbano, Amor ciego, Casino, Luna de miel para tres, Gemelos, (In)Seguridad y Little Big League.
La carrera de Beck nunca alcanzó el nivel comercial de Clapton. Como buen perfeccionista, prefería realizar álbumes instrumentales bien recibidos por la crítica y dejaba el foco de atención para sus largas pausas restaurando vehículos antiguos. Él y Clapton tuvieron una relación tensa al principio pero se hicieron amigos más tarde y realizaron giras juntos.
¿Por qué esperaron cuatro décadas para hacer una gira juntos?
“Porque todos estábamos tratando de ser grandes idiotas”, le dijo Beck a Rolling Stone. “Sólo que yo no tuve el lujo de los grandes hits que tuvo Eric”.
Jeff Beck, de quien se dice que sus dedos estaban asegurados en siete millones de libras esterlinas, también colaboró con músicos como Tina Turner, Mick Jagger, Jon Bon Jovi, Kate Bush, Roger Waters, Morrissey y ZZ Top. Su madre quería que tocara el piano pero la habilidad que demostró Beck con la guitarra hizo que aceptara el cambio. También tocó durante un tiempo la batería, y padeció de tinnitus, un fenómeno que consiste en notar sonidos o latidos en el oído que no proceden de ninguna fuente externa.