Tristeza por la partida de un “hombre siempre amable y congruente”
Las y los integrantes del Grupo Paz con Democracia y amigos cercanos manifestamos nuestra agradecida y esperanzada tristeza por la partida del hermano y compañero Miguel Concha Malo, un mexicano ejemplar que ha sido signo de unidad y de diálogo en innumerables procesos y luchas por la justicia, la paz y la democracia. Miguel fue pionero en la defensa de los derechos humanos, infatigable acompañante solidario con múltiples presencias.
Hombre íntegro, congruente, siempre amable y generosamente entregado con el prójimo a la construcción de esperanzas y rutas prácticas de acción estratégica. Descansa en paz, Miguel, que continuaremos la labor con la que honraste tu vida.
Pablo González Casanova, Conchita Calvillo de Nava, Ana Esther Ceceña, Magdalena Gómez, Dolores González, Alicia Castellanos, Alicia Ibargüengoitia, Raúl Vera, Gonzalo Ituarte, Gilberto López y Rivas, Luis Hernández Navarro, Carlos Fazio, Héctor de la Cueva, Óscar González, Guillermo Briseño, Jorge Fernández, Pablo Romo, Adolfo Gilly, Raúl Romero, Miguel Álvarez, así como las y los que se adelantaron del Grupo Paz con Democracia
Agradecen enseñanzas de Miguel Concha Malo
Por los surcos que Miguel Concha Malo abrió nacimos nosotros como organización. El lenguaje que nos abrió permitió que conversáramos de mil formas nuevas y distintas, que proyectáramos nuestros que-haceres con un imaginario mucho más rico. Que las alianzas y estrategias de lucha fluyeran con mayor alcance y menor contradicción entre nosotros.
No tendremos sino gratitud con sus enseñanzas. En los hechos se convirtió en nuestro guía espiritual, dejando un camino de definiciones que emanan de los derechos humanos y nos dan razón de fondo para la denuncia, pero también fuerza para todo lo que queremos y podemos construir. Nuestro observatorio es uno de sus hijos e hijas. Es por esto que tenemos la certeza de que las siembras del querido sacerdote habrán de producir muchas cosechas cargadas de futuro. Su guía, su memoria y su bondad inmensas seguirán vivas por siempre entre nosotros.
Observatorio de Derechos Humanos de los Pueblos, Eduardo Correa Senior y Daniela González López
José Woldenberg defiende su trayectoria académica en la UNAM
La presente es sólo para aclarar a los lectores de La Jornada la insidia que el señor Pedro Salmerón siembra sobre mí en su delirante artículo de ayer. Soy académico de la UNAM desde 1974, cuando a través de un concurso de oposición abierto ingresé como ayudante de investigador a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Al año siguiente, otra vez, por concurso abierto me convertí en profesor de tiempo completo asociado A. Hoy soy docente de tiempo completo titular C, definitivo. Tengo una antigüedad reconocida de 39 años, porque en los casi 10 años que fui funcionario público en el IFE se me otorgó una licencia sin goce de sueldo. Subrayo: sin goce de sueldo.
A lo largo de todos estos años he cumplido de manera estricta y puntual con mis obligaciones. Todos los semestres imparto dos materias cada semestre, una en la licenciatura y otra en el posgrado, tal como establece el Estatuto del Personal Académico. Además, dirijo tesis, participo en mesas redondas, seminarios, exámenes de grado y conferencias no sólo en la facultad, sino en otras dependencias de la UNAM y otros centros de educación superior y, por supuesto, realizo labores de investigación. Cada año presento un informe de mis actividades como todo profesor universitario.
En ese periodo he publicado 28 libros y, sin ser exacto, más de 50 capítulos en libros colectivos, además de artículos en revistas especializadas y de difusión. Desde hace algunos años, cada mes publico una columna en la revista Nexos y un artículo semanal en el diario El Universal, subproductos de mi actividad académica.
Laboro en una institución a la que aprecio y defiendo y mi trayectoria académica nadie la podrá utilizar para agredir a la UNAM.
José Woldenberg
Aplaude artículo de Pedro Salmerón
Aplaudo el excelente artículo del colega Pedro Salmerón sobre la deriva política y meritocrática de la UNAM. Ello pone en entredicho su propio prestigio en general.
He sido testigo de ello durante mis 40 años de profesor de la misma. Quizás el rector Enrique Graue podría también abrir un resquicio para una autocrítica tan necesaria en nuestros claustros. Infortunadamente en la mayoría de universidades públicas aún persiste el viejo régimen de cofradías y meritocracias académicas.
Américo Saldívar
“Orientador no es igual a asesor de tesis”
Agradezco la publicación de mi carta en El Correo Ilustrado de ayer. Sin embargo, sé que, con buena intención estilística, cambiaron ustedes el término “asesores” por el término “orientadores” en el último párrafo.
Esto puede dar pie a erróneas interpretaciones, porque los profesores de asignatura, cuando somos asesores de tesis, lo somos en toda la extensión de la palabra, con nombramiento oficial y con ese título en todos los documentos oficiales de titulación, sea en licenciatura o sea en posgrado.
La única diferencia entre nosotros y los asesores de tiempo completo es que el trabajo de ellos se cubre con su salario, mientras el de nosotros es totalmente gratuito por designios de la UNAM.
Los profesores de asignatura sólo cobramos por hora ante el aula, no por asesorar las tesis, ni por las tutorías, ni por la preparación de clases, ni por la difusión del conocimiento. Todo eso lo hacemos gratis para la UNAM (aunque sí nos lo exigen en los informes y en la dinámica institucional, y cuenta en los concursos de oposición).