Thank you, mister president. Dice Joe Biden que Estados Unidos “brinda más asistencia al exterior que cualquier otro país, todos juntos, en todo el mundo, no solamente en el hemisferio (occidental), sino a todo el mundo; desafortunadamente, nuestra responsabilidad no termina en él: estamos en el centro de Europa, Asia, Medio Oriente, África, sureste asiático; así que ojalá pudiéramos enfocarnos en solamente una región, pero los hacemos en múltiples regiones y en esto tenemos que trabajar. Siento confianza en que podemos hacer mucho más en los próximos años”.
Tiene razón, sin duda: Estados Unidos “asiste” a todos, porque tiene alrededor de 800 bases militares fuera de su territorio y regadas en los cinco continentes, en las que mantiene desplegadas cerca de 200 mil tropas. ¡Qué mejor asistencia que esa! (versión gringa). Por cierto, en América Latina y el Caribe, la primera en instalarse, ilegalmente, fue en la Bahía de Guantánamo, Cuba, en 1898, y a partir de 1903 “obtuvo arrendamiento perpetuo” del “presidente” Tomás Estrada Palma, impuesto por los propios gringos, y ahí la mantiene, violando la soberanía cubana y el derecho internacional.
La declaración de Biden se dio luego de que, en el marco de la reunión bilateral México-Estados Unidos, el presidente López Obrador le dijo que “es el momento de terminar con ese olvido, ese abandono, ese desdén hacia América Latina y el Caribe, opuesto a la política de la buena vecindad de ese titán de la libertad que fue el presidente Franklin Delano Roosevelt, y comenzar con usted, porque no habría otro dirigente que pudiera llevar a cabo esta empresa, una etapa nueva entre los pueblos y naciones del continente a partir del respeto y de la ayuda mutua”.
El mandatario mexicano recordó que “el 13 de marzo de 1961, el presidente John F. Kennedy dio a conocer el plan conocido como Alianza para el Progreso. En ese entonces, Estados Unidos invirtió, en 10 años, 10 mil millones de dólares que, a los precios de hoy, serían 82 mil millones de dólares en beneficio de los pueblos de América Latina y el Caribe” y ese “ha sido lo único importante en realidad que se ha hecho en materia de cooperación para el desarrollo en nuestro continente en más de medio siglo”.
Pero, no hay que olvidarlo, la “Alianza para el Progreso” –palo o zanahoria, según la docilidad del régimen “asistido”– y el “liderazgo” estadunidense se tradujo en decenas del golpes de Estado en la región –en nombre de la “democracia”, desde luego–, y la “cooperación”, siempre en el marco de la muy gringa “doctrina de seguridad nacional”, solo se dio para tumbar gobiernos legalmente constituidos, reprimir movimientos sociales, “impedir el avance del comunismo” (¡faltaba más!), apropiarse de los bienes nacionales, masacrar la soberanía y someter a los países “aliados”.
Pero Biden estaba instalado en su nube eterna y tras las palabras de López Obrador se animó a decir aquello de que “Estados Unidos brinda más asistencia al exterior que cualquier otro país, no solamente en el hemisferio, sino a todo el mundo”. Lo cierto, sin embargo, es que para 2023 el Congreso estadunidense aprobó un presupuesto de “defensa” cercano a 860 mil millones de dólares, del que se nutren las 76 bases militares que los gringos tienen desplegadas en América Latina y el Caribe. Salvo en México –por lo menos no físicamente, aunque no hay que olvidar la “Iniciativa Mérida”, con Calderón–, Bolivia y Venezuela, muchos países regionales han obtenido (léase se les ha impuesto) ese tipo de “asistencia” (aparte, la CIA y tantas otras agencias de “ayuda”), es decir, bases militares aquí y allá. Los países con la mayor “asistencia” de ese tipo son Alemania (194 bases), Japón (121) y Corea del Sur (83), de acuerdo con información del Departamento de Defensa (Base Structure Report 2018). América Latina y el Caribe cuentan con 76, pero va por muchas más.
Aparte de esos “logros”, gracias a las “asistencias” estadunidenses, hay que recordar la imposición de gobiernos a modo en los países latinoamericanos y caribeños, y la creciente dependencia regional en el plano económico, financiero, comercial, tecnológico, industrial, alimentario, militar, cultural, político y muchísimo más. No hay rincón del planeta en el que esa “asistencia” no esté presente ( remember Ucrania), con el costo consabido, pero desde luego nunca en el contexto en el que el presidente estadunidense lo afirma.
Las rebanadas del pastel
Entonces, si esa es la “asistencia” que cacarea y ofrece Joe Biden, pues simplemente no, gracias.