México, Estados Unidos y Canadá lanzaron ayer la Alianza de América del Norte para la Igualdad y la Justicia Racial.
El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; el secretario de Estado estadunidense, Antony Blinken, y la ministra de Asuntos Exteriores canadiense, Mélanie Joly, firmaron una declaración sobre el particular y afirmaron que los tres países tienen políticas internas que buscan construir sociedades más igualitarias.
En una ceremonia realizada en el Club de Industriales en el contexto de la Cumbre de Líderes de América del Norte, Ebrard afirmó que México, Estados Unidos y Canadá están dando prioridad a este tema en su política interior y por ello acordaron firmar un pacto al respecto. “En Norteamérica compartimos hoy valores muy importantes asociados a sociedades más justas, más igualitarias”, declaró.
El racismo, dijo el canciller, es una “cultura” en México y el gobierno federal se ha propuesto erradicarlo. Ejemplificó que, por instrucciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, se están implementando planes de justicia para pueblos originarios y además los consulados mexicanos han comenzado a ofrecer servicios telefónicos en lenguas mexicanas distintas al español, como náhuatl o mixteco.
El secretario Blinken dijo que en las tres naciones las minorías sufren discriminación y aseguró que con el acuerdo los tres gobiernos reconocen la urgencia de trabajar en este tema y erradicar la discriminación.
Aseguró que el trabajo para prevenir la discriminación y el odio es una prioridad en todas las relaciones internacionales de Estados Unidos y explicó que con la declaración se establece una red trinacional de expertos y organismos civiles para combatir la discriminación y promover la equidad, la inclusión y la justicia racial. Añadió que las sociedades más igualitarias son más estables.
La ministra Joly expresó que en las sociedades norteamericanas “todos merecen oportunidades iguales para tener éxito, sin importar la religión, el género o la orientación sexual”, y dijo que con la alianza los tres países “nos comprometemos a combatir el odio en todas sus formas”.
“Sabemos que no podemos cambiar el pasado, pero sí podemos trabajar para un futuro más justo”, subrayó, y reconoció que en su país ha habido en los últimos años terribles ataques raciales, por lo que mencionó que su gobierno “se compromete a construir un nuevo mundo para que se acepte a las personas como son”.
Testigos de honor
En la ceremonia participaron como testigos de honor altos funcionarios de los tres países, entre ellos, los embajadores de Estados Unidos y de Canadá en México, Ken Salazar y Graeme C. Clark, respectivamente, así como el embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma, y el embajador designado para Canadá, Carlos Joaquín González.
En el mismo papel estuvieron Brian Nichols, subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental; David Morrison, viceministro canadiense de Asuntos Exteriores, y Michael Grant, viceministro para las Américas del gobierno de Canadá.