Teherán. Decenas de personas se manifestaron frente a una prisión en la ciudad iraní de Karaj en medio de informes de que la justicia iraní condenó a muerte a otras tres personas a raíz de las protestas por la muerte de la joven Mahsa Amini cuando estaba bajo custodia de la policía de la moral por usar de manera incorrecta el velo, el pasado 16 de septiembre.
Videos que circularon en redes sociales mostraron a personas congregadas frente a la prisión de Rajaei-Shahr, en Karaj, ciudad cercana a esta capital, en rechazo a las ejecuciones. El canal catarí Al Jazeera afirmó que entre los manifestantes estaban familiares de los sentenciados.
Según la agencia del poder judicial Mizan Online, los condenados, Saleh Mirhashemi, Majid Kazemi y Saeed Yaghoubi, son acusados de estar implicados en la muerte de tres miembros de las fuerzas de seguridad durante las manifestaciones el 16 de noviembre.
El sábado pasado fueron ejecutados en la horca dos hombres por participar en las protestas.
Irán afirma que cientos de personas, incluyendo agentes de seguridad–, han muerto y que miles de manifestantes han sido detenidos.
Alemania y Austria convocaron ayer a los embajadores iraníes en su territorio para transmitirles su repudio a las ejecuciones y condenas a muerte, cosa que ya hicieron Dinamarca, Bélgica, Holanda y Noruega, al tiempo que Francia y Gran Bretaña citaron a los encargados de negocios iraníes.
“Robar la vida de las personas que se manifiestan de forma pacífica es odioso”, reaccionó el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan.
Canadá anunció ayer una nueva serie de sanciones contra organizaciones y funcionarios de Teherán a quienes consideran cómplices del gobierno en “su brutal represión”.
Con los anuncios de ayer, son ya 17 las personas condenadas a muerte en relación con las protestas, según un recuento de Afp a partir de informes oficiales.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, instó a Teherán a cesar “todas las ejecuciones de inmediato”.