Ciudad de México. El golpe seco provocó un momentáneo hueco de silencio que se rompió por los gritos de dolor y de auxilio. Nada quebraba la oscuridad que impedía ver alguna salida. Fueron 40 minutos que pasaron como latigazos de angustia entre los pasajeros del último vagón, que después de las 9 de la mañana fue impactado en el túnel entre las estaciones Potrero y La Raza de la línea 3 del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
La narración de los usuarios coincidía: al tratar de levantarse enfrentaron fierros retorcidos que impedían el paso: “Recuerdo que yo venía con mi teléfono, sentimos el impacto, nos alcanzó el tren, chocó y luego estaba hecho pedazos.
“Yo venía en el vagón que fue alcanzado. Vi a dos personas atrapadas, intentamos ayudarlos pero fue imposible. Los cuerpos de emergencia tardaron más de 40 minutos en llegar”, dijo Arturo, ya en la calle.
Édgar Montiel, quien también viajaba allí, platicó: “Fue algo terrible, sentí el impacto, nos aventó muy feo, mucho humo, llanto y gritos de auxilio de la gente”. El hombre de 28 años que sintió cómo le cayó encima el techo del vagón señaló que “por un momento pensé que iba a morir”.
Desesperación por salir
La espera para ser sacados provocó crisis. “La gente se desesperó, querían bajarse, pero alguien gritó que las vías podrían estar electrificadas y se contuvo”, platicó Omar quien estaba visiblemente nervioso.
Algunas mujeres que salieron en Potrero apenas alcanzaban a articular palabras sobre lo que pasaron porque de inmediato soltaban el llanto: “Fue muy feo. Yo venía en el vagón, todo se cayó, apenas me movía hacia atrás y todo me caía encima. Dios me dio otra oportunidad de estar con mis hijos.
“Era mucha angustia, venían muchos niños, había desesperación, pero afortunadamente vivo para contarlo. Nos bajaron y caminamos por las vías, tardaron mucho en dar apoyo; traigo dolor en la espalda y me dicen que no es nada, que me puedo retirar”, expresó Leonor Guzmán.
Junto con su hija, Marco Emmanuel Hernández acababa de subir con rumbo a Universidad, poco después de arrancar el tren chocó con el que iba al frente. “Nos íbamos a subir en el de adelante, pero corrimos y no lo alcanzamos. Esperamos el de atrás y llegó a los 40 segundos, rapidísimo, hasta se me hizo raro, arrancó y bajando el desnivel para llegar al túnel se fue la luz y se sintió el impacto de los vagones”.
Aún en shock, Alicia Alonso, quien iba en el tren siniestrado en la parte trasera, aseguró que al abordar en Indios Verdes, a la cabina subió el conductor con una mujer a quien sus compañeros le preguntaron si sabía manejar o le enseñaban, a lo que respondió entre risas que sí sabía.