Deformaciones del suelo en vialidades como la antigua calzada de Guadalupe, en los alrededores del barrio de Santo Tomás, en Azcapotzalco, así como la fractura en el muro de un salón de eventos del deportivo 20 de Noviembre, son causadas por hundimientos que, a decir de vecinos, ocurren desde hace 30 o 40 años, pero se han incrementado por el excesivo crecimiento de desarrollos inmobiliarios en la zona.
Adrián López Cruz, con 74 años de residir en el barrio, explicó que antaño esas eran tierras de cultivo y hubo varios establos que posteriormente se volvieron naves industriales. Refirió que los hundimientos comenzaron por avenida Ceilán, junto a la estación Fortuna del Tren Suburbano, donde se registró un hundimiento de unos 80 centímetros; “se repara, pero se vuelve a deformar”.
Pedro Vera, jefe del Departamento de Posgrado de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del Instituto Politécnico Nacional, quien realiza un estudio de la zona con Protección Civil de la alcaldía, explicó que si bien los hundimientos en la ciudad no son ninguna novedad, en algunos sitios es más rápido y es necesario que a partir del atlas de riesgo que se elabore, se determinen las obras que son factibles de realizar.
López Cruz dijo que si bien no hay afectaciones graves en viviendas de Santo Tomás; hace unos cinco años se cerró el salón de eventos La Rosita, que en su fachada exterior exhibe la fractura de un muro.
Por conocer las causas
En la superficie de rodamiento de la antigua calzada de Guadalupe, frente al acceso principal de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, así como en calzada Azcapotzalco La Villa, entre el centro comercial Pasaje Ferrería y el Internado de Educación Primaria No 2 Ejército Mexicano, se observan las más severas afectaciones a dicha infraestructura, que en este último se prolongan hasta el lienzo charro El Hormiguero y el deportivo 20 de Noviembre.
Para el geólogo Felipe García Villegas, quien también colabora con Protección Civil de la alcaldía, los estudios determinarán si los hundimientos se deben a una falla, a la presencia del relleno de un cauce antiguo o por estar sobre una zona lacustre no reconocida.