Kiev. El Ministerio de Defensa de Rusia indicó ayer que el uso no autorizado de celulares por parte de las tropas rusas permitió a las fuerza ucranias “determinar las coordenadas de la ubicación del personal” para atacar con proyectiles Himars el edificio en el que estaba alojado en la localidad de Makeyevka, de la región anexionada de Donietsk, y confirmó que el número de muertos por este ataque subió de 63 a 89.
Se han tomado medidas no especificadas para “evitar incidentes trágicos similares en el futuro”, precisó el teniente general Sergei Sevryukov, en un comunicado difundido por el ministerio, y prometió castigar a los oficiales responsables de la infracción. Afirmó que el ataque, uno de los más letales contra las fuerzas del Kremlin desde el comienzo de la guerra, que el próximo 24 de febrero cumplirá un año, ocurrió un minuto después del inicio del Año Nuevo.
Las fuerzas ucranianas dispararon seis proyectiles desde un sistema lanzamisiles Himars provisto por Estados Unidos contra un edificio “en la zona de Makeyevka”, donde estaban los soldados rusos. Dos fueron derribados, pero cuatro impactaron en el inmueble y estallaron, lo que provocó el derrumbe de la estructura.
El Estado Mayor ucranio confirmó su autoría y el departamento de comunicaciones estratégicas del ejército reivindicó un saldo de víctimas rusas mucho más elevado, de unos 400 fallecidos y 300 heridos. Estas cifras, sin embargo, no fueron confirmadas por el Estado Mayor.
Por su parte, el líder designado por el Kremlin para la región de Donietsk, una de las cuatro que Moscú se anexionó de forma ilegal en septiembre, alabó el miércoles el “valor y el verdadero heroísmo” de los soldados rusos muertos. En un mensaje en Telegram, Denis Pushilin afirmó que algunas de las víctimas trataron de sacar a sus compañeros del edificio en llamas.
Los residentes de Samara, en el suroeste de Rusia, participaron el martes en una misa ortodoxa por los fallecidos. Después se guardó un minuto de silencio y se depositaron flores en un monumento de guerra de la era soviética, reportó la agencia estatal RIA Novosti.
En tanto, el presidente ruso, Vladimir Putin, presenció por videoconferencia el despliegue de un buque de guerra equipado con nuevos misiles de crucero hipersónicos Zircon, para una misión en el océano Atlántico, Índico y en el mar Mediterráneo, en pleno contexto de su “operación militar especial” en Ucrania.
“Estoy seguro de que armas tan potentes permitirán proteger de forma eficaz a Rusia de las amenazas exteriores y ayudarán a defender los intereses nacionales”, comentó Putin durante la ceremonia, en la que participó junto al ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, desde un lugar no especificado, según las agencias de noticias rusas. Expresó que los proyectiles son “capaces de superar cualquier sistema de defensa antiaérea actual o futuro”, y pueden efectuar “ataques potentes y precisos en mar y tierra”.
Por otro lado, el canciller ucranio, Dimitro Kuleba, afirmó que los preparativos para el traslado a su territorio de los sistemas de defensa Patriot ya comenzaron y señaló que Kiev espera que el proceso se finiquite lo antes posible.
Apuntó que tanto el presidente ucranio, Volodymir Zelensky, como todo el equipo diplomático de la nación “están trabajando para hallar soluciones con relación al suministro de todo tipo de armas desde países occidentales. Así se ha referido, especialmente, a tanques y otros vehículos armados”.
Ayer, el presidente francés,Emmanuel Macron, prometió a Zelensky entregarle tanques ligeros de fabricación francesa para ayudar al ejército ucranio en su contraofensiva contra los rusos, informó la presidencia francesa.