Mérida, Yuc., El bloqueo a la zona arqueológica de Chichén Itzá por parte de ejidatarios, artesanos, comerciantes y presuntos activistas políticos se mantuvo ayer, luego de 72 horas de haber iniciado.
El director del sitio, Marco Santos Ramírez, aseguró que en estos tres días de bloqueo se han dejado de recaudar, en general, más de 3 millones de pesos, debido a que no hay condiciones adecuadas para entrar al sitio prehispánico y, por lo tanto, los visitantes se han alejado.
El funcionario dijo que al día ingresan en promedio entre 3 mil y 10 mil visitantes, pero desde el lunes pasado apenas entraron 100 turistas; el martes, 20, y este miércoles, hasta el mediodía, sólo cuatro.
Hasta el momento y con la vigilancia de unos 50 elementos de la Guardia Nacional, el bloqueo a esta zona maya –la más visitada en 2022 en el país con 2.5 millones de turistas– persiste y los inconformes exigen la renuncia de Santos Ramírez por presunto maltrato a los indígenas mayas e impedirles la venta de sus productos, además de que exigen la restitución de más de 700 hectáreas poque, según ellos, las autoridades federales se apropiaron indebidamente de éstas hace más de 30 años.
En rueda de prensa, el director de Chichén Itzá advirtió que los movimientos son orquestados por “personajes políticos” de la comunidad que buscan beneficios personales y que ponen en riesgo al sitio.
Los manifestantes que bloquean la entrada principal de Chichén Itzá provienen de las comunidades de Pisté, Xcalakoop y San Felipe.
Santos Ramírez añadió que se trabaja en la construcción de espacios para más de 600 artesanos en la antigua pista de aterrizaje de la zona arqueológica, fuera del área de monumentos, y que estarían listos a la par de las obras del Tren Maya.
“Se están construyendo espacios suficientes para darle cabida a todos los interesados en que Chichén Itzá siga siendo el sitio prehispánico más importante de nuestro país. No es desalojo, no es reubicación, es darles un espacio digno”, sostuvo el funcionario del INAH.
Asimismo, dijo que prevén realizar una mesa de trabajo con los inconformes para “que se privilegie un diálogo práctico y respetuoso entre el gobierno federal y los manifestantes”. No obstante, los dirigentes de este movimiento se han mostrado renuentes a dialogar y ya plantearon que la primera condición para sentarse en la mesa de diálogo es la “renuncia” de Santos Ramírez.