Mérida, Yuc., Ejidatarios, artesanos, comerciantes, trabajadores independientes y guías de turistas bloquearon desde la mañana de ayer la zona arqueológica de Chichén Itzá para protestar contra las autoridades del sitio a quienes acusan de impedirles trabajar ahí.
Entre otras exigencias, pidieron la renuncia de Marco Antonio Santos Ramírez, encargado de ese lugar prehispánico maya.
Los aproximadamente 200 quejosos que montaron el bloqueo se reunieron ayer mismo con Juan Cristóbal Orozco Alonso, subdelegado en oficina de representación de la Secretaría de Gobernación en Yucatán, sin solución del conflicto hasta el cierre de esta edición.
Provenientes de las comunidades mayas de Pisté, X-Calakoop y San Felipe, pertenecientes al municipio oriental de Tinum –donde se asienta Chichén Itzá–, los manifestantes dijeron que no se les permite trabajar ordenadamente.
Muy temprano, con piedras y pancartas, los afectados detuvieron el paso de vehículos turísticos. Según los manifestantes, desde hace casi una década los artesanos y comerciantes que se instalaron en Chichén Itzá han pedido la expropiación de 700 hectáreas de esa zona arqueológica y que se destine 15 por ciento de los ingresos que capta mensualmente el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para sus comunidades mayas.
Arturo Chab Cárdenas, titular del INAH Yucatán, informó que la zona arqueológica seguirá abierta al público a pesar del bloqueo. Explicó que los visitantes son conducidos a la zona arqueológica de Chichén Itzá a través de otros sacbés, que eran los caminos que los antiguos mayas abrieron entre el monte y la selva.
Se impidió emplear niños y poner lonas
Autoridades del instituto también manifestaron que una de las quejas de los líderes de comerciantes es que se les solicitó no emplear niños para abordar a los visitantes, ya que esto es una modalidad de explotación infantil.
De igual modo, los encargados de preservar el sitio han tenido que solicitar a los grupos de ambulantes que no coloquen lonas porque obstruyen la vista a los visitantes, al tiempo de señalarles que tienen áreas específicas para ofertar sus productos.
El INAH tuvo que poner orden porque los turistas son asediados constantemente por el ambulantaje sin permitirles el libre paso, incluso con situaciones de confrontación de visitantes que reaccionan con molestia ante el acoso de algunos vendedores.
El reporte del INAH Yucatán destacó que las autoridades locales afirman que no están en contra de los derechos de las comunidades, pero que la imagen del sitio se deteriora por la actividad de ambulantaje, así como la destrucción de áreas verdes cuando improvisan estacionamientos, así como por la reventa de accesos al sitio.
En ese sentido, fue detectada una red de revendedores de entradas a la zona arqueológica por una asociación de “guías” que no son certificados por el INAH y que ha cometido abusos contra visitantes proporcionándoles información falsa.
De igual manera, se controló el aumento de artesanos dentro del sitio y se delimitaron los espacios donde almacenan y guardan las estructuras de sus puestos, evitando crear senderos nuevos que ocupan también como baños improvisados.
Chichén Itzá recibió más de 2.5 millones de turistas en 2022, siendo el sitio prehispánico más visitado en el país.