La desaparición de personas en Chiapas registró en 2022 más casos que en aquellas entidades con problemas severos de inseguridad pública, como Tamaulipas, Michoacán, Guanajuato, Sinaloa y Guerrero. Mientras entre 2016 y 2018 el estado contabilizó anualmente entre 122 y 216 casos de personas no localizadas, a partir de 2019 han aumentado hasta alcanzar 848 en 2022, y 380 de esos casos siguen abiertos.
Los datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas o no Localizadas del año recién concluido arrojan que, por ejemplo, en Tamaulipas hubo 373 casos; en Michoacán, 368; Guanajuato, 360; Sinaloa, 356, y Guerrero, 255.
Aunque entre 2019 y 2022 en la referida entidad del sureste las víctimas han sido hombres y mujeres, en 2020, por ejemplo, ellas representaron 55 por ciento. Para Martha Figueroa, de Mujeres Libres Colem, dicha estadística tiene que ver con la trata de personas.
De 1964 al 31 de diciembre de 2022, en territorio chiapaneco se han registrado 5 mil 157 personas desaparecidas, de las cuales mil 223 siguen sin ser encontradas. Los municipios donde más se han abierto denuncias son Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, San Cristóbal, Comitán de Domínguez y Frontera de Comalapa. Las edades de las víctimas son de manera predominante entre los 15 y 19 años, seguidas de 20 a 24 años y de 10 a 14 años.
Figueroa señaló que en el caso de la desaparición de mujeres, la sociedad civil ha documentado que niñas y adolescentes indígenas “aparecen muertas, violadas” o “terminan en la trata de personas con fines de explotación sexual, laboral y demás”.
La defensora de derechos humanos lamentó que pese al incremento de desapariciones, las autoridades estatales “se niegan a emitir las alertas Ámber”, por lo que consideró que hay un subregistro. Para no buscarlas, “les dicen a las madres que sus hijas se fueron con el novio”, mencionó.